Ésto es una especie de meme que se han sacado de la manga los chicos de
+ Q Cómics (blog que sigo habitualmente, claro). Se lo pasaron a
Yogur, y yo le pedí que me diera a mí el testigo. Hacer memes es entretenido, pero poder desvariar tanto como quiera sobre un tema al que se le puede sacar tanta punta es algo que me llama demasiado como para pasarlo por alto.
Aquí tenéis mis soluciones:
1. En primer lugar, hay que reflexionar qué es lo que primero le entra por los ojos al posible
comprador: la portada del cómic. ¿Por qué
Shanna la Diablesa fue un éxito en ventas? ¿Hace falta que os lo explique? No tienen nada que ver con el guión, que sea más o menos interesante. Lo que importa es que en la portada salía el dibujo de una tía pechugona muy ligerita de ropa y que se apodaba "
la diablesa". Vamos, yo voy a una tienda y es lo primero que miro.
Claro, todo comprador de cómic que se precie siempre, siempre sabe dónde buscar en la tienda la zona donde están las tías ligeritas de las portadas. ¡Pero cuidado! No es recomendable sacar todas las novedades con portadas de este estilo, pues si bien es cierto que una muchacha en biquini es lo más efectivo para llamar la atención de un comprador, también hay que tener en cuenta que el comprador de cómics es desconfiado, y junto con las dos o tres chicas, se llevará unos diez cómics de hombretones en la portada (preferiblemente luchando o matando), para disimular.
La situación en la tienda sería:
"Las Chicas X, de Claremont; Los Siete Soldados, de Morrison; Cable/Masacre, de Nicieza; La Castigadora, de Ennis; Los Muertos Vivientes, de Kirkman; Guerra Civil, de Millar; y Aves Apresadas en Cuero Ajustado, de Simone."
Vamos, que quitando las tres que ya habréis deducido, el resto se lo llevan por disimular. Y si hay suerte, se lo leen, a lo mejor les gusta y vuelven a por una segunda ración (incluso puede que piquen y cojan
Hulka o
Ms. Marvel, que a esas no hace falta cambiarles la portada).
2. Una vez que se han cogido los cómics de la estantería de la tienda y te diriges a la caja para que te los cobren... ¿Qué es lo que piensas? ¿Piensas en el buen rato que vas a pasar leyéndolos? No, eso toca luego, cuando vas de camino a casa. ¿Piensas en preguntarle sobre qué le ha parecido el último número de la
Doom Patrol al
dependientus comiquerus? Tampoco, eres el único de tu ciudad que se hace con la colección. Piensas en la pasta que te vas a dejar.
Por eso, estaría muy bien que se estableciera una especie de prueba de fuego que todo comprador debería pasar y así obtener un poco de descuento en la ingente cantidad de cómics que se va a llevar para leer u obsevar detenidamente (según el caso, recordad que escribo dando por hecho que se cumple el primer punto). La prueba consistiría en pasar una serie de preguntas, las cuales puntuarán positiva o negativamente, y darán con un posible d
escuento.
He aquí una serie de preguntas que deberíamos contestar:
- ¿Se considera usted un vendido?
- ¿Sabe quién es Viturtia, Hernando o Miralles?
- ¿Tiene un blog? ¿Ha escrito críticas sobre cómics en su blog? ¿Puntúa los cómics que se lee entre 0 y 10?
- ¿Sabe más nombres de guionistas que de actores de televisión? ¿...españoles?
- Cuando repase los cómics que le hemos colado como gancho y vea que lo único que le atrae es la portada, ¿vendrá a reclamar? ¿Lo guardará en el cuarto de baño? ¿Lo comentará en su blog? ¿...o en un blog de un amigoo suyo? ¿...que no conoce en persona?
Por supuesto, ésto servirá para que el dependientus comiquerus nos identifique rápidamente como lectores compulsivos y nos pique con la única serie que aún no hemos comprado.
3. Ahora sí, de camino a casa, con tu bolsón de cómics, deseando llegar, sentarte y empezar alguno. Olerlos y disfrutar del aroma a papel nuevo. Pero, ¡espera! ¡Hagamos que ese olor enganche!
Las editoriales podrían dotar a sus diversas líneas de un olor característico, lo que mejoraría los crossovers. Se acabó eso de usar el nombre de "
Diezmados" o "
Civil War" gratuitamente cuando no tienen nada que ver con la historia que se cuenta en su interior. Una simple mezcla en un laboratorio químico con sustancias adictivas alegales sería suficiente para marcar la diferencia entre las aventuras de los mutantes o de los guardianes de la
Atalaya, en la
Luna.
Qué mejor forma de lograr que compremos los crossovers enteros que enganchándonos a ellos por el olor.
Una idea mucho mejor es la de entregar en los salones viñetas con un olor que provoque adicción y que sólo dure un par de horas. Así iríamos irremediablemente a buscar el stand donde venden el producto que tanto necesita nuestro organismo. Lo de las viñetas le vendría un poco mal a nuestro admirado
Bryan "
splash page"
Hitch, pero él se adhiere al primer punto.
4. Las
24 páginas se nos hacen demasiado breves muy a menudo. Dejémonos de milongas como los
spot on o los artículos sobre otras series de la misma editorial (total, para enganchar al lector, ya tenemos las drogas entre la tinta). Vamos a poner
sudokus.
Cuatro sudokus, uno de cada nivel, en uno hay que poner letras, en otro números... en el más complicado hay que dibujar los símbolos de los héroes del cómic, el murciélago de
Batman, la '
S' de
Superman, la araña de
Spiderman, el escudo del
Capitán América. La fiebre de los sudokus es tal que, una vez terminado el cómic, nos los podemos llevar a la universidad y resolverlo mientras el profesor de álgebra nos cuenta sus historias de "
los circulicos".
Además, la solución vendría en el número del mes siguiente, por lo que habría que comprarlo para ver dónde te has equivocado antes de pasar a tacharlo todo. Con lo cachondos que son los packagers, seguro que te cambian los símbolos de color, de lugar, de orden. ¡Todo un entretenimiento esto de los sudokus en los cómics!
5. ¿Y el manga? ¿Qué hacemos con el manga? El mundo se acaba y no digo nada del manga. Pues muy sencillo, lo ideal sería que una vez que nos lo compramos, nos den unos folletos en los que se explique claramene
cómo descoser los tomos y volver a coserlos en el orden correcto. ¿Qué es eso de leer de derecha a izquierda? A mí no me lo enseñaron cuando era pequeño. Menuda complicación.
Así que ahí nos ponemos a hacer manualidades, para ordenar del modo apto para la lectura nuestros mangas. Esos cómics repletos de personas con los ojos más grandes del mundo (menuda perogrullada, mirando a los autores). Pero no sólo vamos a necesitar unas instrucciones de cómo coser nuestro propio manga, también vamos a tener que comprarnos unas ceras de colores y nos tendremos que bajar de Internet la guía de colores. ¡Porque son en blanco y negro! ¿Qué es eso de vender un cómic a medio editar? Ya que lo sacan, que le pongan colores. Pero si no lo hacen, que nos digan cómo deberían ir y nosotros lo hacemos.
Serían un éxito de ventas, es muy entretenido colorear todas esas cosas.
6. Por último, nos queda el cómic europeo. Aquí he de reconocer que le voy a copiar la idea al
Señor Agostini. El hombre que inventó las cabeceras compartidas. ¿Qué es lo que más conoce la gente de cómicc europeo? Pues
Astérix,
Tintín y las apasionantes historias de
Milo Manara. Ya está: se hacen tres colecciones y ahí se meten, como si de un cajón de sastre se tratara, todas las obras de los autores de nuestro continente.
Por ejemplo:
¿Corto Maltés? No, Tintín presenta: Las Aventuras de Corto Maltés
¿Lucky Luke? No, Tintín presenta: Lucky Luke en el Far West
Y para terminar con el meme...
¿Qué significa "Cocoon"?Obviamente, es uno de los dos test... Ah, no que eso es otra cosa. Bueno, pues un cocoon es un almendrón pero en el mundo exterior, fuera de
Daimiel vaya. Todo aquél que se dedica a luchar contra la cultura. Cuentan que estos bichos se juntan para ver los programas del cotilleo durante toda la tarde.
Si has llegado hasta aquí, felicidades. Si quieres hacer un meme como éste, pues hazlo, si Yogur no ha querido pasárselo a nadie, yo no voy a ser menos.