Reseña: Los Muertos Vivientes #3

Título en España:Los Muertos Vivientes #3: Seguridad tras los barrotes
Título en USA: The Walking Dead vol. 3: Safety behind the bars
Formato: Tomo de 144 páginas.
Precio: 7.50 €
Editorial: Planeta DeAgostini Cómics

Reseña:

Los Muertos Vivientes es una de esas obras que encuentras un día en la estantería de tu librería y que decides probar con el primer número sólo para ver qué tal. Yo que soy un lector de superhéroes, principalmente, me vi atraído por el nombre que figuraba en la portada: Robert Kirkman.

Desde el principio no me esperaba una obra que me deparara mucho, un cómic de zombis en blanco y negro con un regusto a película de terror de serie B, pero que no dejaba de ser llamativo e interesante. Además, hacía poco que había empezado a ver las ideas de Kirkman sobre los Marvel Zombies y quería ver qué tal se le daba al hombre esto de los muertos vivientes. Me alegré de comprarlo.

Así, me hice con el segundo tomo y hace una semana me compré el tercero. Éste último es el mejor de los tres sin duda y te deja con un final abierto y acabas desesperado por leer el cuarto tomo que lleva unos meses a la venta.

He de reconocer que Rick se está transformando poco a poco en uno de mis personajes de cómic sin poderes favoritos. Su evolución a lo largo de toda la saga me está dejando sorprendido y su escala de valores da mucho juego a lo largo de la trama. El resto de personajes se dejan querer y llegas a identificarte con muchas de las facetas de cada uno, aunque siempre se desarrollan con el fondo e los elementos típicos de una película cutre de terror que necesita llamar la atención mediante escenas eróticas y desagradables. El tema de la muerte dentro de la sociedad está muy bien llevado y no te deja indiferente la forma en la que cada personaje adopta un rol dentro de una comunidad o un grupo de personas. Me encanta cuando Kirkman empieza a suponer y desvariar sobre qué hubiera pasado si las cosas no hubieran acontecido como fueron.

Un último detalle de esta magnífica obra: la cohesión entre tomo y tomo es más de la que te imaginas cuando empiezas el segundo. En este último, Rick vuelve sobre sus pasos a tocar dos temas, uno de cada tomo.