Título en España: Los Exiliados #14: Viajeros del Tiempo
Título en EEUU: Exiles nº62 & Exiles nº63 & Exiles nº64 & Exiles nº65 & Exiles nº66 & Exiles nº67 & Exiles nº68
Formato: Tomo, tapa rústica, 168 páginas, color.
Precio: 10.75 €
Editorial: Panini Cómics
Reseña:
Por fin llegamos a los episodios inmediatamente anteriores al especial que sacara Panini hace ya dos años dedicada al cruce de la colección de Los Exiliados con el evento editorial de aquella época, Dinastía de M. Un retraso que no nos ha entorpecido la lectura de cada una de las historias, ya que todas ellas tienen un carácter atemporal bien marcado debido a la concepción original del a serie, pero se agradece que la edición americana y la española se vayan aproximando, ya que uno no puede estar siempre ajeno a las noticias que nos llegan desde el otro lado del charco.
Tras los cambios que pudimos ver en el tomo anterior, ahora el grupo lo conforman: Destello, Morfo, Mímico, Dientes de Sable, Namora y Holocausto. Los seis exiliados han decidido entrar en la base del Broker Temporal para descubrir, de una vez por todas, quién es, cuáles son sus verdaderas motivaciones y cómo es capaz de hacerlos viajar a través de las realidades sabiendo, en cada momento, qué es lo que deben solucionar para poder dar el salto a la siguiente misión. De forma complementaria, también descubrirán adónde van todos aquellos exiliados que formaran parte alguna vez del equipo una vez fracasan en sus misiones. Tony Bedard coge el toro por los cuernos en esta historia haciendo algo que ningún otro autor en la serie se ha atrevido a hacer, el explicar las razones por las que Destello, Morfo y compañía se encuentran arreglando realidades. Lo cierto es que, después de más de sesenta números, la frescura de la que gozaba esta serie a manos de su creador, Judd Winick (que surgió en la Línea Mutante de Marvel pero que ha ido desplazándose poco a poco hasta ser una más dentro de la conocida como "Héroes Marvel"), se estaba agotando y ya iba siendo hroa de que alguien le diera un nuevo empujón.
Este décimo cuarto tomo tiene un total de siete números USA con dos arcos argumentales completos. El primero se titula "Viajeros del Tiempo" y podremos leer lo que he explicado más arriba. Creo que es una de las pocas veces en las cuales los Exiliados toman el camino del medio e intentan arreglar su situación por su propia cuenta, aún teniendo en cuenta que otras veces, actuar de forma independiente no siempre les ha salido perfecto. La sorpresa está garantizada en el primer capítulo pero, eso sí, no lo es tanto para aquellos que ya nos leímos el especial "Los Exiliados: Dinastía de M" hace tiempo, pues se encuentra cronológicamente después de este tomo, es decir, debería haber salido con un "15" en el lomo (y no lo hizo). En cuanto a la historia en sí, mucha acción, cambios en la alineación del grupo y todos esos giros temporales a los que nos hemos acostumbrado, pero en un escenario muy diferente y preparando un futuro prometedor.
El segundo arco argumental es "Destruir todos los Monstruos", la primera aventura de los Exiliados después de enterarse quién era el Broker Temporal. He de reconocer que no es ninguna maravilla, pero que la idea de la que parte Bedard es bastante graciosa. En esta ocasión, los Exiliados viajarán a una Japón en una realidad en la que Curt Connors, Anthony Stark, Hank Pym y Bolivar Trask forman un escuadrón científico que se dedica a combatir y controlar monstruos gigantescos. Los Exiliados deberán ayudar al equipo de Connors a solucionar un problema que ha surgido entre la isla viviente de Krakoa y el monstruo marvelita por excelencia Fing Fan Foom. En realidad, es una verdadera parodia a las series japonesas en las que combaten robots y monstrios de proporciones colosales (la versión de Ronin Rojo, así como su montaje, es hilarante). A pesar de que vamos teniendo pequeños flashes que nos informan de la situación de otro personaje, casi todo el desarrollo de esta historia es muy desenfadado y tiene la cómica como temática principal. Poco serio y gracioso, una vuelta a los inicios y un punto para Tony Bedard en este caso.
En cuanto a los dibujos, repiten los dos dibujantes habituales en la colección: Jim Calafiore y Mizuki Sakakibara. El primero, Calafiore, es el encargado de la historia principal, la que da su título al tomo, y vuelve a demostrarnos que mejora muchísimo como dibujante cuando se trata de plasmar en el papel combates rápidos y acciones que se resuelven viñeta a viñeta, pues sufre fuertes carencias cuando se trata de narrar conversaciones o escenas más relajadas. El artista de origen nipón, Sakakibara, por su parte, se encuentra en su salsa cuando se ocupa de dibujar a Fing Fan Foom y demás personajes gigantescos. El tono humorístico le ayuda a que su "amerimanga" no sea tan molesto al lector, pero sí que se nota la diferencia en el dibujo cuando se trata de mostrar a los personajes humanos y mutantes "corrientes" que a los monstruos y robots (mucho más logrados y detallados, paradójicamente). No querría dejar sin nombrar el trabajo del colorista, el cual suele dejar, en mi opinión, demasiado planos los dibujos tanto de Calafiore como de Sakakibara, y eso se resiente en el resultado final de la obra.
En definitiva, un buen paso adelante en cuanto a la concepción de la serie y una apuesta por dar un giro al planteamiento que se venía sobreexplotando en las últimas entregas. Sin embargo, "Los Exiliados", como colección, hace tiempo que perdieron ese halo de frescura que les envolvía al principio y partes como la del segundo arco argumentla hacen que la serie, por ser historias que, a pesar de tener casi siempre los mismos protagonistas, se pueden leer por separado, pues resten impacto a la hora de ser leídas por un coelccionista habitual de cómic americano. Aunque, personalmente, yo sigo disfrutando con estos Exiliados, y lo que me echen de ellos.
7/10
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