Así lo dijo el pueblo en la última Encuesta Extraña.Ya lo decía Ramón Calderón, que Florentino (Super Floren) es el culpable de todo. Es cierto que eso de ir a Asia a ganarse unos cuartos ya se le ocurrió a los Reyes Católicos y a Cristobal Colón (el cual era un mari... nero), aunque el tiro les salió por la culata pero lo compensaron descubriendo un nuevo continente. ¿Quién es el que está arruinando al país por culpa de tanta gira asiática que ya dio lugar al inicio del declive de la Era de los Galácticos? Exacto, hombrecillos extraños, el Galáctico de Cabronos Extraños: el Señor Sánchez.
¡Vamos con afán! ¡Todos a la vez!...Resulta que, hace unos meses, a Sánchez le dio por proponer, en uno de los habituales ensayos con los Locomía (con los cuales ensaya los días impares del mes, porque los pares son para los Village People), que se fueran a Asia de gira para vender entradas a cascoporro y merchandising y sacarse un pellizco para comprarse unos abanicos nuevos de esos con lentejuelas y trasparentosos que tanto le gustan a él. Pero, el pobre de Sánchez se llevó una gran decepción cuando llegaron a Japón (el primer país que se visita en toda gira asiática), y es que allí ya tenían su propio icono pop en el que se unen dos conceptos radicalmente distintos, la masculinidad de Miguel Bosé y la rotunda presencia de Leo Jiménez: ¡¡Animetal!!
Leo se metió a esa bacalá de Stravaganzza porque Sánchez lo le dejó entrar en los Village People.¿Quién pagó la flota de aviones que llevó a Sánchez, a los Locomía, a la familia de Sánchez, a los instrumentos del grupo, el impresionante y brillante fondo de armario para los conciertos y a la legión de fans de españolitos de a pie desde el aeropuerto de Ciudad Real hasta el de Tokio? Pues ese dinero salió de las arcas del Estado, porque a Sánchez hay que concederle todos los caprichos (menos el de poner el fondo del blog de rosa, que eso ya es pasarse), porque es el Galáctico de los Cabronos y de España. ¡Pero se ha cargado la economía nacional en dos viajes a Asia para dar dos conciertos chapuceros!
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