Reseña: Los Exiliados #17

Título en España: Los Exiliados #17: Los Nuevos Exiliados
Título en EEUU: Exilies nº85 & Exilies nº86 & Exilies nº87 & Exilies nº88 & Exilies nº89 & Exilies Annual
Formato: Tomo, tapas rústicas, 156 páginas, color.
Precio: 9.75 €
Editorial: Panini Cómics

Reseña:

Muy completo este tomo de "Los Exiliados" en el cual tenemos dos arcos argumentales de dos números USA cada uno, una historia unitaria más de un único número USA y el "Exiles Annual nº1", un anual especial que ha sido incluído por Panini en el lugar que le corresponde cronológicamente dentro de la colección. Todo ello escrito por el guionista regular de la serie, Tony Bedard, el cual estará acompañado por nombres de sobra conocidos por los seguidores de esta longeva colección en tomos cuyo origen se encuentra en la época de Forum.

Abre el fuego el arco argumental que, además, da nombre al tomo, "Los Nuevos Exiliados" en el que el Broker Temporal ha aprovechado que ahora se ha hecho de nuevo con el control y ha reclutado a seis mutantes de seis realidades diferentes para intentar salvar un universo cuyo único salvador puede se Lobezno. De hecho, estos seis mutantes son versiones de Logan en diversas circunstancias, eso sí, todas conocidas más o menos por los lectores marvelitas, así que veremos al Lobezno de "Marvel Zombies" de Robert Kirkman, o al James de "Lobezno: Origen" de Paul Jenkins. Un variopinto grupo de mutantes canadienses que deberán luchar contra un ser que no es ni más ni menos que la fusión entre Magneto, Lobezno, la Bruja Escarlata, Mésmero y Mercurio, y está decidido a acabar con toda la raza humana ciudad por ciudad. La fórmula funciona, aunque Bedard no se preocupa en aprovechar el hecho de tener su propio equipo de Lobeznos, ya que pronto echa mano de los verdaderos Exiliados para que entren en juego y solucionen la papeleta en la que se ha sumido el mundo.

Una característica que se repite a lo largo de este 17º tomo es lo cortas que se hacen las aventuras de los Exiliados, aunque no por ello estén exentas de contenido. La segunda historia bien podría ser una de esas aventuras cósmicas que tanto gustaban en la Marvel de los ochenta o noventa, pues los Exiliados viajan a una realidad en la cual Galactus no es el Devorador de Mundos, sino que es el Restaurador de Mundos, y le va dando vida a los planetas que van desapareciendo. El enemigo no es Galactus, en vez de él, es su heraldo, una versión enloquecida y maligna de Estela Plateada, el cual está asesinando a toda la Guardia Imperial Shi'ar cuando los Exiliados llegan al lugar donde antes se encontraba el planeta Tierra, recién destruído por el surfista galáctico. Con todos estos ingredientes, y la inestimable intervención de los Exiliados, la verdad es que es una de las mejores ocurrencias que ha tenido Bedard desde su desembarco en la serie regular.

A los lápices de estos cuatro primeros números USA (correspondientes con los números americanos de "Exiles" #85 a #88, ambos inclusive) se encuentra Paul Pelletier, el cual hace un trabajo francamente bueno. En general, Pelletier no suele ser un dibujante muy regular en cuanto a nivel y ya nos ha ofrecido algún número que ha dejado un tanto que desear. Sin embargo, esta vez sí que se porta bien, dando en el clavo en la ambientación de las dos historias y en desenvolviéndose de forma excelente en dos arcos cargados de acción en los cuales los personajes deben quedar bien claros una vez hacen acto de presencia en la página, ya que ese trabajo recae prácticamente en los escasos bocadillos que le dedica Bedard y el arte de dibujante, en este caso, Pelletier. Muy bien por él, por cierto.

El quinto capítulo del tomo es el anual de la colección. 40 páginas en las cuales se rodea de varios equipos artísticos cuyos dibujantes son Tom Raney, Mike Norton, Tim Smith y David Nakayama, una nómina de nombres más o menos conocidos (sobre todo Raney, por su paso por "Amazing Spider-Man") muy acorde con la habitual variedad visual que suelen ostentar los especiales de este tipo. A mí no me acaba de convencer esta conglomeración de estilos, no siendo siempre acertada, de forma que tengo la impresión de que hubiera sido mucho más acertado dejar que un solo dibujante se hiciera cargo de todas las páginas, aunque éste fuera un invitado al margen totalmente de la serie regular.

En cuanto a la historia del "Exiles Annual", pues Heather y el Broker Temporal encuentran una Tierra en la cual la primera formación de los Exiliados se encarga de detener a la Patrulla de Demolición salvando la realidad. Sin embargo, esa aventura no tuvo lugar, con lo que los Exiliados acuden a investigar qué es lo que ocurre en realidad. Es una buena oportunidad para volver a ver a los Exiliados originales, un equipo que no muchos recordarán y que alguno de los lectores actuales ni siquiera conocerá, al haberse enganchado a la colección más tarde: Destello y Morfo permanecen en el equipo y, junto a ellos, se encuentran Nocturna, Ave de Trueno, Magnus y Mímico. Es inevitable que ambas formaciones se peleen entre sí y, luego, descubran un enemigo común contra el que arremter (acompañado, todo esto, de una explicación de cómo es posible que se dé el caso que investigan los Exiliados "de verdad"). No es una de las mejores historias, desde luego, pero me ha parecido entretenida y se agradece que el editor de turno de Panini lo haya metido en el tomo, pues encaja con la continuidad y así podemos presumir de tener todo el material de "Exiles" americano en nuestro país.

El tomo lo cierra un número USA más de la serie regular con una historia autoconclusiva que retoma el tema del coma en el que está sumido James Proudstar, alias Ave de Trueno, el cual no está realmente muerto, sino que se encuentra soñando en su animación suspendida. Además, Bedard explota el hecho del sobreempleo al que se ven sometidos los Exiliados al tener que salvar a tiempo todas las realidades en peligro de desaparición. Suena más a interludio de cara a futuros arcos argumentales que otra cosa.

En los lápices de este último capítulo está otro viejo conocido por los lectores, Jim Calafiore, quien sí que está en su línea, haciendo gala de su estilo simplista y poco detallado. A lo largo de las 22 páginas, se encuentra narrado en paralelo los sucesos que ocurren que pasan realmente y lo que está viviendo en su cabeza Ave de Trueno, diferenciados ambos por un efecto del colorista -Mark MacKenna- que, la verdad, no mejora en absoluto los lápices de Calafiore, sino que más bien hace todo lo contrario.

En definitiva, otro tomo más de "Los Exiliados" bastante entretenido. Las historias son cortas, pero enganchan, aunque la primera mitad es mucho mejor que la segunda. En general, podemos decir que en la línea de la serie regular.

7/10

(Chanante)

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