3 de enero de 2009

Reseña: Gen 13 #3

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Título en España: Gen 13 #3
Título en EEUU: Gen 13 nº10 & Gen 13 nº11 & Gen 13 nº12 & Gen 13 nº13
Formato: Tomo tapa rúsitica, color, 72 páginas
Precio: 10,50 €
Editorial: Norma Editorial

Reseña:

El grupo de adolescentes "genactivos" del Universo WildStorm ha llegado a Tranqulity, el pueblo donde habitan multitud de superhéroes, buscando allí cobijo y un hogar del que no han gozado desde que fueran secuestrados por la organización Tábula Rasa que les reveló toda la verdad acerca de sus habiliades especiales y sobre la verdadera identidad de sus padres. Gail Simone, la escritora de la colección desde sus inicios, los ha llevado a un escenario que conoce a la perfección (pues ella es la guionista de otra de las series WildStorm como es "Bienvenidos a Tranquility"), así que ya esperaba yo que se notara en la serie una, al menos leve, mejoría después de la terrible decepción del segundo tomo.

En realidad, Simone opta por una de las fórmulas que mejor funcionan a la hora de hacer cómics de grupos de superhéroes adolescentes, y es la de profundizar en la personalidad de cada uno de los miembros, en su rol dentro del equipo y en los sentimientos que tiene hacia el resto. Sin embargo, la forma de llevarla a cabo carece completamente de originalidad, y Simone se limita a meter a los Gen 13 en una serie de peleas contra otros grupos adolescentes (unos de ellos, una versión de The Authority -"The Authoriteens"- bastante curiosa y que imita cómicamente la personalidad de los originales). De hecho, estas peleas llevarán prácticamente todo el argumento del tomo, y sólo se verán interrumpidos en pequeños intervalos para mostrarnos cómo Megan, la Gen 9 que ahora ha tomado el control de los laboratorios que se dedican a crear las nuevas generaciones de héroes iguales a ella, forma un renovado equipo Gen 14 para enfrentarse a los protagonistas de la serie, los Gen 13.

La estructura del tomo sigue acorde con lo que he comentado al principio, pues la mejor forma de mostrar los sentimientos de cada uno de los personajes es narrando la acción en primera persona desde el punto de vista de alguno de ellos. Esto nos permitirá saber mucho más acerca de su pasado, más concretamente de su infancia. En realidad, estamos ante un intento de la guionista, Simone, de ofrecernos un cómic clásico de superhéroes pero que tiene demasiadas lagunas como para llegar a enganchar al lector lo suficiente. Tiene pequeños golpes en los que el humor prima por encima de todo pero, cuando la cosa se pone un poco más seria, hay carencias que Simone no es capaz de cubrir porque se requiere que los personajes estén bien cimentados y establecidos dentro del contexto pero que, a pesar de haber vivido ya unas cuantas aventuras juntos, no hacen que el lector de implique lo que debería en la trama. En ningún momento da la sensación de que la historia pueda dar un giro interesante que despierte el interés del que está leyendo el cómic, y ese es un error gravísimo, máxime cuando hablamos de un cómic que necesita ofrecer mucho más porque su cota de mercado es francamente pequeña. No obstante, con todo no quiero decir que no haya momentos en los que no haya disfrutado con la lectura, pues los pasados de los varones del grupo (Grunge y Burnout, pues ahora ya tienen alias de batalla) son bastante buenos, o las secencias de los combates, con un interesante abanico de superpoderes distintos juntos en un mismo campo de batalla.

En el dibujo es donde pero va la cosa. Tres dibujantes (Carlo Barberi, Kevin West y Sunny Lee) ofreciendo resultados realmente malos intentando imitar un estilo a medio camino entre el amerimanga y el cartoon buscando una frescura que no encuentran en casi ningún momento. Llama la atención de los contrastes entre viñetas según la situación que se esté narrando, pues algunas veces casi estamos más ante una caricatura de lo que sucede más que de un estilo propio de un artista (esto afecta, sobre todo, al trabajo de West). Quizá, el que más me ha gustado de los tres es Barberi, al que ya hemos visto en números anteriores y sabemos qué es lo que puede ofrecer y, sin ser un portento, sí que demuestra que se sabe desenvolver bien en cómics de este tipo.

En definitiva, un tercer número de una colección bastante floja. Puede que sea de las peores que sacó Norma a raíz de "WorldStorm", y la verdad es que es francamente decepcionante si comparamos la situación actual con el inicio que pudimos leer hace ya meses. Bien es cierto que este tercer número supera, con mucho, al segundo y que puede raspar ese aprobado que podéis ver un poco más abajo, pero quedo emplazado a leer ese cuarto tomo de la colección que ya ha sido publicado para juzgar definitivamente la serie.

5/10

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