EL PERSONAJE
Muchas cosas hemos hablado ya de Miguel el Heavy en Cabronos Extraños. En vez de esforzarme por explicaros por enésima vez quién es, debería remitiros a la Entrevista Extraña que le hicimos o a ese famoso primer podcast en el que colaboró por primera vez. Sin embargo, no lo haré, porque es fácil resumiros las razones por las cuales este hombrecillos extraño se ha asentado entre los más insignes músicos del panorama nacional. Primero, tiene el enchufe de su padre, que le ha metido dentro del mundillo de la música igual que le ha dado la inspiración suficiente para ser capaz de empuñar un hacha como si de un enano de los del Dragones y Mazmorras se tratara o tratase e interpretar esa bella canción que es "Ace of Spades" de Motörhead. Segundo, Miguel el Heavy compagina sus actuaciones por todo el mundo evangelizando con el Metal a todos los infieles con su trabajo en la producción y dirección de cine porno. El hecho de ser un rockero de esos de los que ya quedan pocos (de los que tienen melones en el frigorífico y de esos que sólo usan dos vaqueros distintos a lo largo de un año) le hace merecedor de una serie de cómic para él solo.
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AUTORES
Evidentemente, aquel que se ponga a los lápices de un cómic que protagonice el personaje de este capítulo debe ser alguien que entienda mucho de Heavy y de porno. O que entienda mucho de la vida en general, ya puestos. Desgraciadamente, hay poca gente en el Noveno Arte que tenga esas facultades, así que habría que coger a dos, y el tándem que forme debe ser una de las parejas más sólidas del mundo del cómic: ¡Keith Giffen y J.M. Dematteis! La diversión estaría asegurada con ellos, habría acción, diálogos chanantes, situaciones acordes con los sucesos de la vida de Miguel el Heavy y se respetaría al original casi por completo.
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ARGUMENTO
Hay tantísimos temas posibles sobre los que hablar acerca de este hombrecillo extraño que habría que copiarle la idea de la colección semanal a Dan Didio para que todo el mundo tenga la ración que necesita de metal, porno y enseñanzas de la vida. La mejor forma de empezar sería hacer una especie de prólogo contando cómo el Metal decidió que su hijo llegara a la Tierra para enseñarle a todo el mundo lo que es la música y que entraran en razón. Ahí, invocando a la épica, hasta se podría hacer un cruce entre Ares, Thor y Miguel el Heavy donde los tres exponen sus preferencias y donde el Master Pelucas da su primera lección de genialidad. Hasta se podrían dedicar sus buenos números a explicar cómo fue la infancia de Miguel el heavy en un pueblo inóspito apartado de cualquier tipo de conexión con el mundo real (salvo Interné, algo que estaba dentro de la cabeza de uno de sus más inseparables aliados, Quilopondriomán).
Mucha gente cree que Darwin es un genio a la hora de hacer teorías de la evolución y eso es una chorrada. La evolución de Miguel el Heavy, de más pelo y peor visión al pelo justo y dar en el blanco en una especie de manual en el que Giffen y DeMatteis disfrutarían como enanos de meter esos cuadraditos de narración en los que Miguel el Heavy va explicando cómo uno no puede aspirar a lo más alto del escalafón si no se ha merendado a lo más bajo. Cuando el mundo siente por primera vez cómo vibra una guitarra eléctrica en sus manos, podemos decir que se encuentra mucho más cerca de descubrir la verdad destrás de ese gran secreto que son las mujeres. ¡Los frikis correrían como locos a leer los consejos del Hijo del Metal! ¡Y en Cabronos nos íbamos a volver de oro vendiendo los royalties!
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