Pero esos hombrecillos extreñidos y bajitos se han empeñado en llenarnos la cuenta de correo del blog (buscad abajo a la derecha) de SPAM. Cada vez que miramos la carpeta para tal fin (afortunadamente los de Gmail nos hacen las funciones de la recogida de basuras), sólo encontramos mensajes en esos caracteres que escriben los extraños hombrecillos.
Y al más puro estilo Escofil, al final del mensaje... ¡un tubo! (que habla sobre los chinorris y demás):
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