Raúl TamuGOL!

Vaya jornada la penúltima de la Liga. El Real Madrid entraba como líder, con los mismos puntos que el Barcelona, pero por encima de ellos (aún les dolerá esa victoria en el Bernabéu), y el Sevilla, a dos puntos de éstos, agazapado, esperando su oportunidad de asaltar el primer puesto y ponerse como líder para ganar su tercer título de la temporada (le birló la Supercopa de Europa a los culés y repitió título de UEFA recientemente), siempre a expensas de lo que suceda en la final de la Copa.

El rival del Madrid era el más difícil de la recta final: el Zaragoza. Quizá uno de los equipos más versátiles del campeonato, son capaces de jugar atacando, o defendiendo, a la contra o dominando. Con una increíble capacidad de generar fútbol y además, siendo la bestia negra del equipo merengue. El del Barcelona, el rival de la ciudad, el Español, el equipo de San Raúl Tamudo de Santa Coloma de Gramanet. Por supuesto, yo era tan madridista como periquito el sábado a las 21:00 y ahora soy un poquito más españolista que nunca, a partir de ahora, los espárragos en mi casa se comen de la marca Dani. ¡Pardiez!

Qué nervios, qué tensión, qué espectación, qué locura, desde las 18:00 escuchando la radio esperando que los árbitros pitaran el inicio de todos los partidos, que el balón echara a rodar, en la tele el Madrid (sin sonido, de eso ya se encargaban Paco González y compañía). Qué susto cada vez que Ewerthon, ese moreno corretón que siempre nos la lía cuando juega contra nostoros, cogía la pelota, y qué pánico me daba Milito, el de arriba y el de abajo. El Zaragoza corría más que nunca, y yo temblaba, que parecía que me iba a caer de la silla, menos mal, que al tener mi cuerpo en tensión, me había enganchado sumamente bien, para no perderme ningún detalle del partido. Pero vaya salto, vaya bote que pegué cuando se me apareció el nuevo santo al que encomendarnos cuando todo está perdido, Raúl Tamudo, el periquito, el españolista y al que le van a hacer una réplica imitando el modelo de Elvis para que la lleven su tocayo González y Capello en el coche.

El pichichi de la Liga celebrando uno de sus golitos a los mañicos

La alegría sólo me duró unos minutos, porque Helguera, ese hombrecillo que había salido in extremis debido a la lesión de Torres (Miguel), hacía un penalti y nos lo metía el Milito de arriba. Qué cosas, ahora, Madrid y Barcelona igualados, los dos perdiendo, pero los blancos líderes. Quién iba a pensar que ese retaco argentino que apareció de la noche a la mañana y se convirtió en el ídolo de todos los barcelonistas, en sus ganas de imitar a Maradona, metió un gol con la mano (ya ha metido sus dos goles más famosos, lo próximo serán las drogas, el alcohol y la obesidad; también es posible que se tatúe la cara del sucesor de Fidel Castro y comente partidos del Mundial en Cuatro). A Van Nistelrooy se le llamó marrullero y tramposo por dar una asistencia con la mano, pero a este tipo se le alaba que tenca la picardía de meter un gol con la misma. Cuánta demagogia, ¿no?

Pues que empataba el Barcelona y el Madrid palmaba en la Romareda. El retaco volvió a marcar y afianzaba en el liderato (virtual) a su equipo. Claro, todos estaban tan contentos en el Camp Nou. Se les olvidaba que aún dependían de dos hombres, dos guerreros, dos héroes para ganar la Liga: Van The Man (el holandés que vino de Inglaterra) y Raúl TamuGOL! (el barcelonés que les iba a joder la fiesta). Así pues, el primero le dio por empatar el partido para que luego, el Milito (el de arriba, otra vez) lo volviera a poner cuesta arriba. Pero, ¿qué es un héroe que sólo libra una batalla y no intenta solucionarlo todo?

Con éste sueña Eto´o a partir de ahora.

Español y Real Madrid perdían por el mismo resultado contra los equipos de casa. Primero, Van The Man remataba un balón para meterlo en el fondo de la portería, qué salto di, no pensaba todavía que aún ganaba el Barc... ¡Gol de Tamudo! Raúl tenía que ser. Ese jugador que se iba a ir a Escocia y que volvió entre lágrimas, ese hombre al que se le escapó la UEFA en el último momento cuando jugaba contra el Sevilla, ese hombre que ha ganado dos Copas del Rey, y ese héroe periquito que es el máximo goleador de la historia de su club, le aguó la fiesta al Barcelona, lo devolvió al segundo puesto, alzando a los blancos de nuevo a la victoria.

El domingo, si ganamos, a la Manola. Y si las cosas se ponen feas: Visca Nástic!

¿Qué dijo Guasch cuando le preguntaron el sábado cómo estaba el Nou Camp?
"Está mudo".