14 de noviembre de 2007

El secreto del éxito

Una nueva temporada para vuestro equipo favorito, Chicharritos.info. Tras cerrar el fichaje de la última incorporación (con un contrato millonario, cargado de pequeñas cláusulas que fijan el pago del sueldo por cumplimiento de objetivos), Ramírez, el Último Mohicano... y el más oscuro, también. Con este fichaje se logra subir más el listón de hombrecillos que traerán público y volverán locas a las animadoras, pues la nueva estrella del equipo, unido con Pedro Gash, O Rei Serginho y Paco Baresi puede hacer posible que nosotros también estemos hablando de 4 Fantásticos. ¡Pero de rojo y negro!

El Departamento de Investigación y el de Marketing se han puesto las pilas para idear una forma mediante la cual les sea más fácil ganar los partidos a este cúmulo de estrellas (porque ya va siendo hora de que ganemos algo, mucho staff pero pocos títulos, ¡más defensa!). Mediante el repaso de la edición en DVD de la serie Campeones, se les ha ocurrido (a ellos solitos no, les hemos tenido que echar una mano desde la Redacción Extraña de Cabronos Extraños) que podríamos hacer una serie de cintas de cachos de tela blanca en la que podríamos poner letras japonesas, chinorris o simplemente inventarnos una letra cualquiera y ponérnosla en la cabeza.


Resulta que están los chavalillos del Furano, un equipo en el que juega un chaval que se llama Phillip Callaghan o algo así parecido. El caso es que el día que lo dibujaron no se dieron cuenta de que era un clon casi idéntico de Tom Baker, el amiguete de Oliver Atom y con el que hacía una dupla de oro que metían más goles que Suker y Mijatovic juntos, por lo que tuvieron que pensar la forma de diferenciarlos a los dos. Porque claro, en un futuro jugarían en el mismo equipo aunque los diez que jugaran fueran delanteros, bueno nueve, porque ahí teníamos siempre al tipo grande y moreno que era como un armario empotrado y que, a pesar de ser japonés, medía dos metros y medio (Oliver le llegaba por la cintura). Así que le plantaron una cinta en la cabeza. Obviamente, al ser el capitán, todos los del equipo, que tenían menos personalidad que los esqueletos que crea el Nigromante en el Diablo II, le siguieron el juego.

¡Nosotros seguiremos esa tradición! ¡Jugaremos con trapos en la cabeza! ¡Ganaremos! ¡O venderemos un montón de cintas en el mercadillo y en el Martes! ¡Para subvencionar las cañas de Perfe!

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