A partir de que aparcara el coche, me acompañó una de las estrellas del rock y del heavy metal actual: Paco Hendrix, bajista de AtaräXia y MACadicto. El pobre te da una de cal y otra de arena. Está convencido de que MAC es bueno y Steve Jobs es algo parecido a un genio. Todo el mundo sabe que el mayor genio de la historia de la tecnología es
Durante el rato que estuvimos, llegó un señor al cual todos conoceréis porque conduce un coche horroroso y naranja pero que se pasará a ser, a corto plazo, una estrella mediática del fútbol 7: Ramírez, el Último Mohicano. Nos puso unas musiquibris pero pronto se cansó de entrar y salir de un coche que vibra lo suyo (por lo que da mucho gustico eso de apoyarse en él), y nos apagó la música. Como no podía ser menos, disfrutamos de la compañía de O Rei Serginho, el mago del balón; de PaNtera Morales, el saiyano; Pedro el Guapísimo y Alberto Jezú, el sobrino del Doctor No. De forma constante, el Delegator ofrecía muestras de su infinita sabiduría e ingenio explicando las razones de las excepciones de cada uno en la curiosa camiseta que todos portábamos con orgullo y satisfacción. También llegó -en tren- la Victoriosa, es decir, la yilfrien del Nintendero, la cual se quedó un ratico con nosotros pero nos volvió a demostrar que tiran más dos tetas que dos carretas y se llevó al Güizar para plantarle un traje y que éste pareciera o pareciese Barney.
A medida que anochecía, los hombrecillos no hacían más que obligarme a dar diversos viajes al coche para sacar sus pertenencias. Al final, nadie se olvidó nada, así que no pude montar un puesto en el Martes esta semana, porque me iba a forrar vendiendo abrigos y sudaderas ahora que se acerca la Navidad y los duendecillos
El viaje de vuelta a Daimiel y el de regreso bien, sin mucho más que señalar más que el cambio de medio de transporte pues el maldito piloto colorao se me volvió a encender justo delante de las narices y tuve que cambiar el Fiat-en-perfecto-estado por el Seat-tamaño-XL. En la radio sonaba SER Deportivos con Jesús Gallego para no perderme las noticias futboleras del día (no vaya a quedarme sin tema de conversación con Mijatovic cabreado porque no le cambiaban el partido del sábado al domingo).
A mi llegada pude comprobar que mis compañeros tienen en alta estima la fiesta de Santa Tecla. Las chicas se pusieron sus trajes más elegantes y algunos chicos se plantaron las corbatas incluso. ¡Ni que fuera o fuese una boda o un entierro! Yo di ejemplo portando una camiseta negra de Fullmetal Alchemist y mis vaqueros más nuevecicos. El Güizar, como ya he comentado, se disfrazó de Barney; el Delegator se nos disfrazó de una cosa extraña con una corbata de un color totalmente inapropiado; el Morenito Robertico se nos presentó con un chaquetón que se parecía a mi abuelo; el Capitán Emiliaco una camisa que fue nominada a la más fea de la noche (y ganó); y el Putoamo iba de Putoamo. ¡Como debe ser!
La cena fue en el mismo lugar que el año pasado y os puedo asegurar una cosa: jamás podré poner cara de "nunca he roto un plato". Aplaudimos mucho y gritamos mucho. La comida no fue gran cosa, pero yo me lo comí todo, porque, en palabras del Capi: "Soy de buen comer".
La parte interesante de la cena y el resumencejo de los momentos posteriores... ¡en el volumen 3!
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