Título en España: Flash #1: Los West Indomables
Título en EEUU: All Star Flash & Flash nº231 & Flash nº232 & Flash nº233
Formato: Tomo, tapas rústicas, 192 páginas, color.
Precio: 13.95 €
Editorial: Planeta DeAgostini
Reseña:
Desde que Geoff Johns abandonó sus funciones de guionista al frente de las aventuras de Flash, la carrera del velocista escarlata ha ido de más a menos hasta hundirse y convertirse en una de las peores colecciones del Universo DC post-Crisis Infinita. Sin embargo, después de todo lo que vimos en "Cuenta Atrás a Crisis Final", con la muerte del cuarto Flash (Bart Allen), Wally West volvía a portar el manto de vigilante de las dos ciudades hermanas Keystone y Star City y lo hacía de la mano de uno de los guionistas que mejor resultados han dado con este personaje, Mark Waid.
He de reconocer que, al leer el nombre de Waid en la portada y ver que el veterano escritor proponía un nuevo comienzo en el que Wally West estaba tras la máscara de Flash y en esta ocasión sería un padre de familia responsable que tendría que compaginar su labor de justicieron en solitario con su militancia en la Liga de la Justicia, me atrajo tanto que no pude evitar el comprar este nuevo tomo que Planeta sacaba a la venta. Muchas páginas, un precio inflado y un prólogo que no avisa de lo que viene a continuación adelantan un despropósito de cómic en el que ahora Flash correrá del lado de sus dos hijos, los cuales han crecido hasta edades en las que, aunque siguen siendo niños, parece ser que pueden portar las mallas y hacer uso de la Fuerza de la Velocidad con la que están conectados al igual que su padre pero que les otorga unos superpoderes diferentes a los de su progenitor.
Iris, la chica, de apariencia algo mayor a pesar de estar hablando de dos hermanos gemelos, es capaz de volverse intangible moviendo las moléculas de su cuerpo y atravesar cualquier superficie. Jai, el chico, puede aumentar su masa muscular enormemente, aunque esto le ocasione un gran cansancio una vez que el efecto desaparezca. Ver a los dos chavales junto a Wally West, y comprobar el cambio que ha sufrido en su personalidad el padre primerizo y héroe velocista de DC me ha resultado realmente extraño e incómodo. Éste no es el Flash que todos estábamos esperando de Waid, y este no es el cómic que todos queríamos ver y que, a priori, prometía ser el resurgimiento de una colección venida a menos y que sigue yéndose al carajo debido a los errores y fallos que debe aguantar ocasionados por los editores y responsables de DC Comics.
La verdad es que parece que todo el tiempo estamos leyendo un cómic demasiado juvenil, casi diría yo que infantil, pero que se encuentra dentro de la continuidad, no sólo la actual del Universo DC (complicada ya de por sí con tantos megaeventos y Crisis), sino de la trayectoria de Flash. De hecho, el argumento de la historia tratará de un ataque alienígena por parte de unos extraterrestres acuáticos con forma de pulpos que pueden deshidratar a cualquier persona que toquen y que están decididos a acabar con la Tierra por un rencor que le guardan al emblema de Flash. Parte de la JLA, el propio Wally y los hijos de éste, deberán plantarles cara, pero en gran medida, la importancia de la trama recaerá en la relación del superhéroe con sus hijos y en la cuestión de que él es el principal precursor y animador para que ellos lo acompañen en su campaña contra el crimen. El cómic tiene alguna parte entretenida, pero me resulta tan anticlimático ver a Wally adoptando un papel que no le pega para nada y a Mark Waid contando una historia de niños que página tras página no hacía más que echarme las manos a la cabeza por leer un cómic tan malo como tenía entre manos.
En cuanto al dibujo, el español Daniel Acuña y Freddie E. Williams II son los dos artistas con más renombre encargados de plasmar los guiones de Waid en el papel, aunque también veremos a otros como Karl Kererschi o Doug Braithwaite. Acuña nos ofrece lo mismo a lo que estamos acostumbrados y, qué queréis que os diga, a mí este dibujante no me gusta absolutamente nada debido al color que le da a sus dibujos. Sobre Williams, pues un dibujante que nos muestra unos resultados de páginas repletas de dibujos al más puro estilo cartoon carentes de detalles y exagerando en las facciones y posturas de los personajes (muchas semejanzas en la descripción que podría daros sobre Acuña, pero con un coloreado más monótono y efectivo). Si el guión me ha parecido malo y el dibujo me ha disgustado ya os podéis imaginar qué viene a continuación.
En resumidas cuentas, una de las peores lecturas de este año y, si me apuráis, de los últimos cinco años también. Da pena ver lo mal que se está haciendo con Flash y ni siquiera Waid es capaz de ofrecer algo medianamente interesante. Huid de este tomo como de la peste y no tiréis el dineral que me ha costado a mí. Avisados estáis.
0/10
(Mierdaca)
4 comentarios:
Con lo buena que fue la primera etapa de Mark Waid, ¿Qué le ha pasado?
Que, en este caso, se ha cumplido a la perfección eso de que "segundas partes nunca fueron buenas".
El cómic está oriendado a la chavalería, las ideas son tontísimas, la historia es aburrida y el dibujo es malo. Todo eso :P
Eii tio. A mi no me ha parecido taaaaaan malo. Hombre, creia que sería muchiiisimo peor de lo que cuentas. Pero los problemas con los que trata Wally están bien llevados por el guionista. A ver qué superhéroe tiene hijos con poderes y cómo los trata su guionista. Creo que ese toque de atención que le da la JLA es natural. Así como el que se lleve a los niños por ahí. Él protagonista lo explica muy bien.
Perdona, Lecram, pero me sigue pareciendo una patochada lo de que a Wally le crezcan los niños y se los lleve por ahí a combatir el mal. Me parece más lógico el toque que le da la Liga en la serie regular de la JLA, de todas formas.
Igual me excedí en poner directamente un 0, pero es que me llegó al alma eso de disfrutar del Flash de Johns para ver esto tan malo en comparación :(
Publicar un comentario