Una costumbre que se tiene en Santa Tecla es la celebración del Certamen de Monólogos. Los dos últimos años yo no pude ir porque jugaba el Real Madrid y, sinceramente, entre ver unos aficionados hacer monólogos y disfrutar de un buen partido de Champions League, yo me quedo con mi pasión merengue. Y el año que viene haré exactamente lo mismo, porque los monólogos de Santa Tecla se caracterizan por lo siguiente:
- Meterse con los de Facilisterio.
- Hacer hincapié en la poca cantidad de chicas que hay en Informática.
- Resaltar lo jodido que es aprobar Álgebra con Quien-vosotros-ya-sabéis.
- Meterse con los de Facilisterio.
- Hacer chistes frikis escritos por gente que no lo es (y no tienen gracia).
- Recordarnos lo difícil que es sacarse la carrera a curso por año.
- Meterse con los de Facilisterio.
Eso fue la noche del martes (sí, esta Santa Tecla ha durado tres días). Y la verdad es que fue lo más flojito de toda la fiesta. Porque al día siguiente ya vino lo bueno. La cena. Otros años, la cena fue en jueves, pero este año, nosotros que somos más chulos que un ocho verde pistacho nos hemos ido de cena en miércoles. ¡Y no nos da vergüenza! Hala, de cena en miércoles. Y, para colmo, ahí al lado del Politécnico. ¿No tenían otro sitio más cerca? Ya podían haber hablado con los del Chacras (también conocida como la cafetería de Magisterio) y que nos hubiesen hecho la cena ahí con albóndigas con patatas y bocadillos de tortilla española con queso, para que estuviéramos o estuviésemos bien cerquita de la Escuela de Informática.
Lo que más me extraña de la cena de Santa Tecla es ver que los
La cena avanzó tal y como muchos podían esperar. Palmó el Madrid con la Juve. Entonamos los cánticos coreando a todos los que estaban en la mesa, exigiendo besos, exigiendo saludos del Presi, derribando todas las copas de vino que éramos capaces con nuestros puñetazos... y metiéndonos con cierto cabezón. ¡Ah! y aguantando una rifa que lleva amañada ya tres años y ahí sigue nadie sin protestar. Este año, por lo menos, Alicia la Corrupta eligió no quedarse con un pendraif ni con ninguno de los premios. Al menos, no lo hizo públicamente, porque todos sabemos que algo rascaría por ahí. Si no, no sería una corrupta.
- "¿Crees que me dejarán meter mi nuevo mando de la Wii en la disco?" -preguntó el Nintendero de Mutenroshi.
El pago por la cena venía acompañado con una entrada y una consumición gratis para La Antigua Estación, una discoteca donde se matan por entrar (literalmente). La verdad es que yo era la primera vez que entraba ahí, en ese antro. Es un antro porque ponían una música indecente completamente. ¡Es una fiesta de Informática! ¿¡Qué mierda de música es esa!? ¿Y las estrecheces? La verdad es que hay poco que destacar salvo que, hasta que yo no me encontré cantando con el Capi, el
2 comentarios:
Menuda juerga, solo comentar que si que había algo de caza en la antigua pero no llevábamos la munición adecuada, supongo...
Será eso, y el que no se conforma es porque no quiere, Güizar...
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