8 de junio de 2008

Los 20 videojuegos que deberías jugar si eres lector de Cabronos Extraños [VIII]: Lemmings

Uno de los juegos más viejunos y uno de los primeros que recuerdo haber jugado en mi ordenador. Me acuerdo cómo se veían en esa pantalla en tonos grises esos monigotes con hábito y melenas al viento que se paseaban por esas cuevas tan depresivas buscando llegar a una salida adornada con antorchas y con forma de dragón.

"No nos hacemos responsables de la pérdida de la salud, pérdida de pelo y pérdida de sueño".
Cuánta razón (menos en lo del pelo, al menos en mi caso).


Los Lemmings eran una especie de seres extraños y enanicos que, una vez pude comprobar cuando jugué en una pantalla a color, ¡eran daltónicos! La otra explicacón es que eran fans de Krusty el Payaso, pero me da a mí que en aquella época no se llevaban las teles subterráneas para ver Los Simpson en Lemming-landia o como narices se llame el país de los Lemmings. Porque si os fijáis todas las pantallas pasaban por debajo de la tierra, tan abajo que había hasta lava, imaginaos el calor que tenían que pasar los pobrecillos. Y nosotros ahí poniéndolos a cavar, a picar como si estuvieran o estuviesen en la mina o a hacer escaleras.

Estos monigotes eran partos bien aprovechados, un poco cabezones y adoradores del borreguismo, pero apañados como mínimo. Ahí siempre está el afanado lemming que se ponía a excavar en mitad de la pantalla y no paraba hasta que se caía por la parte de abajo. O el tipo duro que le iba apretando porrazos a las paredes abriéndose paso a través de ellas casi sin cansarse, además, yo no les he visto nunca que saquen el nivel ni nada, pero hacen unos túneles muy derechos que no se tuercen nada. Aunque todos coincideremos en que los más perros eran los de las escaleras. Esos se pillaban un saco de 12 escalones bien contados, y sin yeso, ni cemento, ni hormigón, ni mortero, ni nada. Eran vagos pero el trabajo lo hacían bien hecho: doce escalones que no se caían ni con doscientos lemmings ahí montados.

No sé yo si sería muy recomendable meterse por esa salida.

Y la temática del juego era simple. Se te abría una compuerta (o varias, porque anda que no me costó a mí darme cuenta de porqué perdía aquella pantalla en la que se abrían dos a ambos lados del mapa) y de ahí iban cayendo los lemmings estos que iban encabezonados siempre p'alante hasta que se te ocurría poner a uno a trabajar para abrir caminos. Debéis saber que la vida media de un lemming es de un par de pantallas a lo sumo... La mayoría acababa reventado contra el suelo, descuartizado o ahogado ahí en el agua que había por ahí.

Por último, como el juego ocasionaba un montón de momentos de ocio en los que éramos incapaces de pasarnos algunas pantallas, había dos funciones que eran las que acababas usando para pasar el rato para cargarte a los lemmings:

La primera pantalla toda facilita.

- El complejo de policías municipales, que consistía en ponerlos con los brazos en cruz mientras meneaban la cabeza para bloquear el paso y formar atascos.
- El reventarlos con bombacas a todos. Esto era lo más divertido, porque cuando se pegaban un petardazo el suelo se agujereaba.

1 comentario:

FranciX dijo...

Let's go!

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