Desde hace unos días nos han llegado diversas cartas y correos eléctricos de esos tan extraños que nadie comprende pidiendo que trajéramos o trajésemos a entrevistar a alguien de nuestro lugar de origen. Volvemos a sucumbir al clamor popular y, hombrecillos, mujercillas y seres extraños, con todos ustedes: ¡Pérez!
CABRONOS EXTRAÑOS: Daimiel clamaba por tu presencia. Bienvenido.
PÉREZ: Os estoy agradecido por concederme el honor de salir de nuevo en vuestro blog, aunque no entiendo porqué tengo que estar encerrado en una jaula de aislamiento con cristal antibalas.
CE: No queremos que te roces con nada, no vaya a ser que hagas honor a tu leyenda y nos lo pongas todo perdido.
JP: Me parece un poco excesivo. De todas formas puedo asumirlo, ya sólo me queda montar en globo.
CE: Vaya, un buen oyente de nuestro podcast. ¿Sigues la recomendación de Escofil de no agacharte más de lo que el cuerpo te pida?
JP: Yo siempre lo hago... Seguir los consejos de Escofil quiero decir, no forzar mi físico más de lo recomendable. Tengo que reconocer que mi vida ha cambiado desde que visito Cabronos Extraños soy mucho más feliz y toco el tambor con más vigor.
CE: Nos alegra oír eso. Aunque no intentes evadir el tema. El pueblo está deseando saber cuál es tu parentesco con el Ratoncito Pérez.
JP: Es primo segundo mío por parte de padre. Cada dos o tres meses nos visita a mí y a mi familia y nos deja euros debajo de la almohada. Sufre de estrés el pobre porque dice que últimamente los niños comen más chocolate.
CE: ¿No serás también familia de Speedy González? Con eso de continuar con el tema ratonil.
JP: De Speedy González, de Super Ratón, de Mickey Mouse... Somos un clan cerrado.
CE: ¿Y qué tal por Mallorca?
JP: He visto cosas que jamás se os podrían pasar por la cabeza.
CE: Tenemos la mente muy sucia y mucha imaginación. Inténtalo.
JP: Pues resulta que allí en Mallorca la gente, para ir, por ejemplo a Barcelona, tiene que ir en barco, nadando o volando. Y además, allí la alegría no tiene fin. Ya sea de noche, de día, llueva, haga sol... No paré de bailar la yenca por los guateques
CE: Tú lo que te cogiste es una terciana en Mallorca que te habrá durado la resaca dos semanas.
JP: Aparte también es cierto que bebí un poco de más. Pero sólo fue por poder integrarme en función de una variable que llamemos x.
CE: ¿Y qué narices hacías tú en Mallorca? Aparte de beber como un pirata y templarte como un sereno.
JP: Era parte de una de las pruebas de la Orden Jedi en la que hace tiempo que intenté entrar. Decidí cortarme las greñas y dejarme una coletilla como si fuera Obi Wan Kenobi, eché la solicitud de matrícula en la Academia Jedi, pero al final no superé las pruebas. Suspendí tres veces.
CE: Es que tú visitas Cabronos habitualmente y eso te acerca al Lado Oscuro.
JP: Eso me decía Yoda. Que no me podía juntar con gente como Escofil o Miguel. Que tenía que seguir el ejemplo de alguien como Sánchez cuya mente es pura. Cambió de idea cuando le mostré uno de sus vídeos bailando con los Village People.
CE: ¿Y qué te preguntaron en las pruebas de acceso?
JP: La primera vez me preguntaron qué me gustaba más, Megadeth o Mari Sol y yo la verdad es que prefiero a los Megadeth. Me suspendieron porque hacen canto a lo oscuro y que eso al final desembocaba en la ira, el miedo y todas esas milongas que me contaron.
CE: ¿La segunda?
JP: Cuando llegué allí con mi papel de haber suspendido ya una vez me metieron en otra sala y, después de hacerme pruebas físicas de las que acabé exhausto porque ya sabéis que yo soy muy rápido en ciertos temas...
CE: ...Onaniiiiiiiismo.
JP: Pues eso, que dijeron que después de pasármelo en grande, porque lo reconozco, disfruté con un enano, me hicieron una prueba oral (yo hablaba y ellos escuchaban). Esta vez me pidieron que les cantara el himno de mi país, pero como ya sabéis que todavía no tiene letra, les canté el "De Daimiel, somos de Daimiel" y me volvieron a catear.
CE: No nos podemos creer que te volvieran a dejar entrar en las pruebas.
JP: Es que fui con otro nombre: "Benito Camela". Por eso de que yo tardo poco en eso que vosotro ya sabéis.
CE: Qué astuto (aunque ya hicimos una encuesta con eso y no la ganaste).
JP: Pero aún así no me cogieron. Resulta que yo llegué allí todo contento con mi coletilla y me atendió un alienígena de esos que están en la Orden por la Ley de Tolerancia Interestelar. Como no me enteraba de lo que decía le pregunté: "Tó nene, ¿qué te pasa en la boca?" y me mandaron de vuelta al pueblo.
CE: A quién se le ocurre meterse con los extraterrestres. Todo el mundo sabe que a la mínima se vienen en naves espaciales y destruyen los Estados Unidos.
JP: No pasa nada, tampoco perderíamos mucho.
CE: Bueno, pero estás contento porque desde que te pones lentillas la gente no te confunde por la calle con Harry Potter.
JP: Estoy harto de explicar que yo no tengo varita ni sé hacer el güingardión no-sé-qué.
CE: Pues si no tienes varita...
JP: Bueno, sí de la que estáis pensando.
CE: Ya. Bueno, vete despidiendo que nos vamos.
JP: Adiós. Un saludo. Hasta más ver.
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