Año de emisión de temporada: 2003
Canal EEUU: FX Networks
Creador: Ryan Murphy
Númpero de capítulos: Drama médico
Duración por capítulo: 43 minutos
Reseña:
Cuando leí que ésta era una de las series más recomendables después de que se hubieran emitido cinco temporadas y comprobé que iba sobre médicos me temí de primeras que pudiera seguir un poco la estela del exitazo House. Sin embargo, después de ver la premier (el primer capítulo de la primera temporada, a parte de cumplir la función de ser el capítulo piloto, también dura un poco más de una hora, concretamente 65 minutos), comprobé que no iba tanto en esa línea. Sobre todo porque esta vez va sobre dos cirujanos plásticos que viven en Miami y tienen una consulta privada (como casi todo lo que se refiere a medicina en Estados Unidos) y la serie a penas se gasta humor. Más bien es un drama, médico, pero drama y al fin y al cabo.
Así, tenemos a los dos médicos, dos personajes perfectamente contrastados, dos cirujanos que han sido amigos desde su juventud y que ahora llevan conjuntamente una consulta médica por la que se pasearan toda clase de pacientes buscando cambios en su cuerpo que muchas veces darán verdaderos dolores de cabeza. Sean McNamara es el médico casado, responsabe, con familia, metódico y que ha triunfado logrando cumplir sus objetivos tanto profesionalmente como en la carrera. Sean es un hombre serio que tiene una profunda convicción en que su trabajo de médico implica tener una moral asentada en el servicio al paciente. A lo largo de los 13 capítulos que suponen la primera temporada se verá sumido en una crisis matrimonial que surgirá por el recurrente tema de los celos. Paralelamente a esta crisis que atraviesa su compañero tenemos a Christian Troy (interpretado por Julian McMahon, el actor que más me suena de todo el reparto, pues dio vida al Doctor Muerte en las dos entregas de Los 4 Fantásticos y a Balthazor en Embrujadas). El doctor Troy es un hombre que ha superado con creces la treintena pero que sigue viviendo a todo tren gracias al dinero que gana a medias con su socio, no duda en acostarse con sus pacientes ni en participar en cualquier negocio por muy amoral que le pueda parecer a su compañero y amigo Sean. La estrecha relación que existe entre el hijo mayor de Sean, Matt, y él ocasionará muchos problemas sobre todo al principio de la temporada.
Por lo que habréis podido leer hasta ahora, puede parecer que la gran mayoría de los problemas con los que tendrán que lidiar los dos cirujanos plásticos tienen que ver con su familia. Sin embargo, cada uno de los capítulos vienen titulados por el nombre de un paciente que pase por la consulta de los dos médicos. La frase "¿qué es lo que menos le gusta de su cuerpo?" suele ser el comienzo de una nueva historia en la cual algún paciente hará una petición tan estrafalaria que hará que uno (o los dos) protagonistas tengan que arreglar algún problema. En la consulta tienen una psicóloga que también dará quebraderos de cabeza por unas u otras razones pero que irá perdiendo fuerza como personaje secundario a medida que vaya progresando la temporada en detrimento de Liz Cruz, la anestesista lesbiana.
Sin embargo, el tema principal no es la medicina (que también), sino la libertad con la que se trata el sexo en esta serie de televisión. El doctor Troy es un galán egocéntrico que consigue llevarse a la cama a casi (con énfasis en ese "casi") cualquier mujer que se proponga. Parece que este aspecto es contagioso pues Matt, el hijo de Sean y Julia, empezará a tener sus primeras experiencias de la mano de su "tío" y compañero de su padre. También la mujer del médico tendrá algún devaneo con el sexo contrario. La inclusión de un transexual en la trama no hará más que complicar la historia y enrevesar mucho más tanto lío. A mí no me molesta en absoluto que se trate con tanta libertad este tema, sino que se haga de forma tan gratuita. En ocasiones me da la impresión que, con demasiadas ganas de recalcar el mundo depravado que rodea todo lo relacionado con la cirujía plástica en un lugar en el que el aspecto de las personas tiene muchísima más importancia que cualqueir otra cosa como es Miami.
Hay algo que difiere mucho con otras series médicas en las que cada capítulo tiene su propia historia pero entre ellos no juntan una trama demasiado complicada. A parte del tema sexual que ya he comentado, en uno de los primeros episodios un traficante de drogas se cruzará en el camino de los doctores McNamara y Troy, un tema que coleará justo en los dos últimos capítulos de la temprada, dontando al final de ésta con un toque de interés que se echa de menos.
Resumiendo, Nip/Tuck no es nada del otro mundo. La idea de hacer una serie sobre cirujanos plásticos es bastante interesante pero creo que se podría haber llevado de una forma mucho más amena, incluyendo el sexo como un complemento y no como el recurso manido con el que se persigue mantener la atención del espectador. Quizá si se hubiera incluido un toque sarcástico a todo se hubiera logrado obtener un producto final mucho mejor.
5.5/10
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