De vez en cuando, los de Electronic Arts se aburren en sus oficinas y, sin nada mejor que hacer, deciden darle una nueva alegría a todos esos conductores catastróficos que hay por el mundo. Esa gente que es incapaz de jugar a un videojuego de coches sin chocarse treinta veces con las paredes, llevarse por delante los bancos, los árboles y las señales. Esa gente que está más pendiente de que su coche tenga los colores bien combinados (el rojo con el negro al más puro estilo milanista o Chicharritos.info). ¡Porque los coches de los Need For Speed no se rompían, ni se averiaban, ni se les acababa la gasolina!
Para todos ellos, Electronic Arts saca de vez en cuando un nuevo videojuego inspirado descaradamente en la franquicia cinematográfica "A todo gas" cuya primera parte también tuvo su lugar en Las 20 pelícuals que deberías ver si eres lector de Cabronos Extraños.
De entre todas las versiones del Need For Speed que existen, nos quedamos con la penúltima de todas ellas, "Most Wanted". La temática de todos estos jueguecillos es más o menos la misma siempre, tienes que correr contra un montón de tipos que le hacen la pelota a otro que tiene un pedazo de coche carísimo y más tuneado que el resto y que, parece ser, conduce mejor que nadie de su calle. Tienes que ir tú y ganarles en las carreras que te van diciendo e ir subiendo en la lista de los más buscados que tiene la policía.
Pero, además de ser un malo malote, el juego consiste en gastarte todos los cuartos que ganes en mejorar tu coche poniéndole aletas, cambiándolo de colores, tintándole las lunas... y todas esas cosas que tanto les gustan a los almendrones que no tienen dónde tirar el dinero y se lo gastan en los coches. Aunque algo hay que agradecerle a los de la desarrolladora, y es que los motores trucados de los coches suenan espectacularmente creíbles, da gusto sólo correr en las carreras de aceleración sólo para oír cómo suena tu BMW nuevo y recién pintado.
La principal novedad que tanto nos gustó a los Cabronos Extraños de este juego fue que metieran las persecuciones en mitad del juego. Porque, a medida que te iban incluyendo en la lista de los más malotes, la policía antes te pillaba por la calle, se picaban y se iban detrás de ti lanzándote todo lo que tenían: helicópteros, todoterrenos, patrullas a cascoporro, y unos coches negros muy chulos. Aunque lo que menos nos gustaba era que nos metierna las típicas bandas de clavos que era básicamente lo único que te impedía seguir huyendo por la autopista.
Ah... y al principio del juego aparecía una pedazo de tía que estaba para reventarla y te decía que no hicieras las barbaridades que salían ahí en la realidad.
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