18 de octubre de 2009

Las 20 series de dibujos animados que deberías ver si eres lector de Cabronos Extraños [XX]: Dragon Ball Z

Igual que cuando os estáis comiendo vuestra comida favorita, esta vez, lo mejor, para el final. Y así ha sido. Después de aguantar los interrogatorios por las calles y por los pasillos, sí, al final una de las dos series de dibujos animados de la obra más famosa de Akira Toriyama va a tener su post de gloria en esta Gran Saga Extraña. ¡"Dragon Ball Z"!



¿Por qué "Dragon Ball Z" y no "Dragon Ball"? Pues muy fácil, porque ésta nos marcó a todos de pequeños y la otra, pues no. "Dragon Ball Z" recogió a todos aquellos niños y mayores que, apasionados por la emoción que tenían los partidos de Oliver, Benji y compañía, disfrutaban con las larguísimas peleas que tenían lugar entre los llamados "Guerreros Z" (que eran los protagonistas, pero que, como no tenían ningún nombre para identificarse, como "Los Amigos de Goku" o "La Banda del de la Cola de Mono", eran denominados así por el narrador) y los poderosísimos villanos que se empeñaban, una y otra vez, en destruir la Tierra.

Porque era así. no había tío superpoderoso al cual no se le ocurriera que tuviera y tuviese que reventar la Tierra. Ya podía ser un androide, un saiyano (o "guerrero del espacio"), un bicho mágico o un conquistador galáctico, a todos les daba por acabar con la Tierra y con todos los habitantes del planeta. De hecho, si eras habitante del planeta azul en la época en la que Son Goku y compañía luchaba contra los villanos de turno, lo más probable es que la palmaras dos veces y te tuvieran que resucitar mediante el increíble poder de las 7 Bolas de Dragón, que eran las que le daban el nombre a la serie. Las Bolas de Dragón no eran más que 7 ("del que nunca hace nada") esferas doradas con un número de entre 1 y 7 de estrellas que, una vez reunidas, permitían invocar a un pedazo de dragón gigantesco y verde que te concedía el deseo (o deseos, cuando consiguen que conceda tres en vez de uno) que le pidieses. Ya podía ser resucitar a un amiguete o mandar a un pueblo entero de hombrecillos verdes a otro planeta situado, exactamente, donde CHUCK! Norris perdió el meNchero.

"Dragon Ball Z" es la continuación directa de "Dragon Ball". Comienza justo cuando Piccolo va a buscar a un Son Goku casado y con un hijo (un enano llorón llamado Son Gohanda -y rebautizado por los lectores del manga como Son Gohan-) para enfrentarse a un tío que venía del espacio y que tenía una fuerza asombrosa. El tío ese era Raditz, y resulta ser el hermano de Goku, pero a Raditz se conoce que le gustaba mucho el Heavy Metal, porque llevaba una pedazo de melena que más la quisieran para sí muchos de los rockeros que, desgraciadamente, con el paso del tiempo no han podido lograr lo que sí ha conseguido Rosendo Mercado, estar cartonianos pero con greñas. ¡Bien!

Pues eso, que llegaba Piccolo, enemigo acérrimo de Goku, y se ponían a pegarse con Raditz. Cuando matan a Raditz, bueno, que también muere Goku, pero a él lo pueden resucitar después de que vaya a ver a un dios que le han contado que existe en la otra punta del Más Allá, se lían a luchar contra un montón de gente superpoderosa (cada vez más) que van llegando a la Tierra. Una vez no esperan a que lleguen, y les da por ir a ellos hasta un planeta llamado Namek para luchar contra unos cuantos tipos que iban todos vestidos iguales bien conjuntados y que obedecían a un ser chiquitillo y blanquecino que se pintaba los ojirris con rímel negro pero que luego resulta ser más malo que la quina y ser más fuerte que el vinagre. Y con esto se encuentran después de haber derrotado a todos sus subordinados... una serie que fomenta la sociabilidad de los que la veían. Estamos de acuerdo en que era mediante las peleas, pero por lo menos conocían gente nueva, anda que no.

La serie se divide en unas cuatro sagas. La primera de todas es esa en la que los buenos luchan contra el greñas de Raditz y, más tarde, contra Vegeta y Nappa. Vegeta era otro tipo bajito con muy mala leche y un ego que no le cogía en la nave tan chiquitilla en la que llegó a la Tierra. Nappa era un señor calvo con perilla bien cuidada que resulta ser el que entrena al otro más pequeño. Pues el caso es que Piccolo (que no lo he comentado, pero todos dicen que es namekiano cuando concuerda con la descripción típica de "marciano", verde, sin pelo, con unas antenillas en la frente, con colmillos, la sangre morada y siempre de mala leche), el hijo de Son Goku (que se deja el pelo largo con flequillo porque en esa época empezó a escuchar los Mötley Crüe mientras entrenaba con Piccolo) y el resto de sus amigos (gente poco poderosa que para lo único que están ahí es para molestar y llevarse los palos de los malos mientras le dan vidilla al a serie para que empiecen las luchas buenas); se lían a tortas con Vegeta y Nappa y pierden hasta que llega Goku y salva la papeleta. Goku mata a Nappa pero no a Vegeta, porque el personaje molaba más que él y la gente se le hubiera y hubiese echado encima al creador de la serie si se carga al más chulo de los personajes de la serie.

Cuando se recuperan, cogen todos y se van de vacaciones al planeta original de Piccolo, el cual está siendo invadido por el jefe de Vegeta, Freezer, y por sus antiguos compañeros. Allí se van todos a luchar unos contra otros matando a los estorbos unos y otros para alargar la serie (que si Vegeta mata namekianos, que si Krilín mata guerreros del espacio, que si Vegeta se cabrea, que si aparece un tipo con cuernos y hace una coreografía en plan Village People...), hasta que Freezer se cabrea y empieza a digievolucionar a marchas forzadas hasta que Son Goku aparece y estalla una cacho de batalla que ríete tú de cuandose enfada la parienta. Acaba todo, como debe acabar, destrozando un planeta. Pues sí.

Es justo aquí donde conocemos una cosa curiosa de los saiyanos: son gente de pelo moreno que, cuando se cabrean mucho y se quieren volver más fuertes, se ponen rubios con los ojos azules con los músculos bien hinchados. Un primor, vaya. Y se les queda el pelo todo de punta, con un halo dorado a su alrededor que evidencia todo el poder que tienen. Esto es como todo, cuanto más luces como supersaiyano, más poder tienes. Lo que siempre me he preguntado es si el pelo de punta de los supersaiyanos pincha o no.

Lo que más gracia me hace es que, entre derrotar a un enemigo y otro, pasan un montón de años sin que a nadie se le ocurra destrozar la Tierra... hasta que se le ocurre. Porque ahí tenemos al siguiente enemigo, Célula (que tiene nombre de grupo malo de rock, por cierto) o Cell (como lo llaman los guays que se las quieren dar de entendidos). Resulta que a Célula le cuesta aparecer, y mientras tanto, los buenos tienen que luchar contra unos cuantos androides con pinta de humanos a los que luego se merienda Célula para digievolucionar y convertirse en un bicharraco verde y fortísimo que acaba picado con Son Goku a ver quién es más fuerte de los dos. Célula se deja a un androide para más tarde, C-16A-16, como prefiráis), que lidera una corriente que luego se puso de moda a lo largo de la serie y en las películas basadas en ésta que consistía en llevar una cresta de punki que sólo conseguía que le cogiéramos manía todos. A C-16, Clélula le acaba pisando la cabeza, yo no digo na' y te lo digo to'.

El caso es que Célula tiene intención de acabar con la Tierra, primero, y con el Universo, después. No sabemos muy bien por qué le tiene tanto odio a la vida, pero sí que le tiene una tirria que no puede con ella a Son Goku y se pasan un porrón de capítulos peleándose los dos hasta que Son Gohanda debe recoger el relevo y ponerse farruco a luchar. Siempre recordaremos todos ese momento tan emotivo en el cual Son Gohanda, se acuerda de su padre muerto (o de su cara, como diría Stephen King en los libros esos que están saliendo ahora en una bacalá de adaptación al cómic) y le lanza una Onda Vital (llamada Kame Hame Ha en el original) a Célula que lo destruye con un bonito efecto visual que da gusto verlo.

Después de luchar contra Célula, algo que duró años, por lo menos (o, al menos, a mí se me antojó así), llegó la hora de luchar contra Bubú (o Bu, o Boo, o como se llame realmente). Bubú es un bicho gordasco que viste como un indio de la India, con esos chalequillos tan típicos que salen en los documentales. El caso es que Bubú se cabrea un montón también y decide que se va a cargar a todo bicho viviente que se cruce por su camino, y otra vez, Son Goku, Vegeta, Son Gohanda y compañía también tienen que volver a luchar y a resucitarse entre ellos y toda la pesca. Aquí, conocemos dos nuevas técnicas que marcarían la serie, una de ellas era la de la fusión, que no era más que un bailecillo que no llegó a cuajar como el baile del verano (no así el de la Macarena) bailado por dos individuos de apariencia y poder similar que lograban convertirse en uno solo más fuerte que los otros dos juntos por separado. Esto lo hacen Son Goten y Trunks, el segundo hijo de Son Goku y el primero de Vegeta, respectivamente, que son dos niños que intentan matar a Bubú pero que no pueden con él porque aún están muy tiernos (les quedan unos 10 segundos en el microondas) y se toman la vida a cachondeo.

La otra cosa que a todos nos llamó la atención fue la de la transformación de Son Goku en supersaiyano del nivel 3, que, además de perder sus cejas como esas pijas que van a la tienda de depilación que hay debajo de mi casa, le crecía una melena que más la quisiera volver a tener James Hetfield otra vez para sí mismo. Pero no vale para derrotar a Bubú, que luego acaba volviéndose bueno a base de vomitar su maldad y crear otro Bubú mucho más malo que el anterior que también sigue matando gente (y comiéndosela, de paso).

Al final, Son Goku acaba matando a Bubú, salvando al Tierra y todos viven felices y comen perdices, dejando una moraleja que, hoy en día, todo el mundo parece haber olvidado y que tendríamos que recuperar: "Pisarle la cabeza a los punkis". "Cada vez que te peleas y palmas, a la siguiente vez, eres más poderoso, porque estás más cabreado".

4 comentarios:

Txema SG dijo...

Jooo, cabrones, me habéis tocado la fibra sensible....

Unknown dijo...

Dioooooooooooos!!! Al final me siento orgulloso de ti, sí señor, muy buena saga.

Anónimo dijo...

Lo habeis (juas juas) hecho MUUUUUUUUUUUUUU' corto. ¿Que fue de la epoca en la que goku iba por esos mundos deios cuando aun era un monillo con cola, una nube voladora y una vara que si queria se hacia mas larga?... Y como estas otras muchas cosas... Como los torneos de...( ahora no me acuerdo) que duraban siglos y demas... Esta serie se merecia algo mejor

Miguel Negrillo dijo...

Yota: CabronOs, Yota, CabronOs ;)

José Carlos Rodríguez del Salado: De ti sí que tenían que estar orgullosos en tu casa, jodío. Reconócelo, en el fondo sabías que no te iba a decepcionar al meter una de las mejores series de la historia de la tele.

Anónimo: ¡Esa época se llama "Dragon Ball" y no "Dragon Ball Z! Por eso no lo hemos metido. Es cierto, hay mucha tela que cortar, pero si queréis ver más "series de dibujos animados que deberías ver si eres lector de Cabronos Extraños", no tenéis más que decirlo y nosotros lo tendremos en cuenta de cara a próximas Grandes Sagas Extrañas.

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