Canal EEUU: FX Networks
Creador: Ryan Murphy
Númpero de capítulos: Drama médico
Duración por capítulo: 43 minutos
Reseña:
La primera temporada de esta serie de televisión de cirujanos plásticos no me dejó muy buen sabor de boca que se diga. Había creado unas expectativas muy altas con respecto a lo que había leído acerca de "Nip/Tuck" pero me encontré con una comedia americana más que trataba sobre médicos y que se había visto favorecida por el boom que supuso el Doctor House en la mayoría de las casa de medio mundo. Es cierto que aportaba cosas nuevas que hasta ahora no había visto en ninguna otra serie de televisión, como el que los dos protagonistas sean cirujanos plásticos y que se explore la moralidad en esa rama de la medicina de una forma tan abierta y mostrando varios puntos de vista, así como la sexualidad, que es algo a tener muy en cuenta ya que es el elemento que más pesa en la trama y en el devenir de los personajes. Aún se me hace difícil el pensar que esta serie haya podido triunfar en Estados Unidos teniendo en cuenta lo escandalizados que se mostraron cuando una película llevaba la palabra "porno" en su título.
Esta segunda temporada parte con una cierta ventaja, y es que no debe sufrir el lastre que supone el tener que presentar a los personajes, pues los doctores Christian Troy y Sean McNamara son de sobra conocidos por el público, así como su situación y la de sus más allegados. En esta temporada, Troy comenzará a criar al hijo de Gina como si fuera suyo de verdad, aunque los problemas de ella en su adicción al sexo harán que la historia se enrede hasta el límite de existir una disputa por la adopción del niño. Me gusta que se haya colocado a Christian en un lugar en el que no nos lo imaginábamos en la primera temporada, y veremos facetas de ese hombre conquistador compulsivo que enriquecen más al personaje, aunque sí que me queda la sensación agridulce de que va perdiendo fuerza dentro de la serie a medida que la temporada va aproximándose a su final, recayendo casi toda la importancia en las acciones de Sean y en todo lo que le rode a él y a su familia.
Sean McNamara es, para mí, el verdadero protagonista de esta segunda temporada. El más profecional de los dos médicos se verá en la tesitura de decidir muchas veces entre la familia y el negocio, o entre el placer propio y el mantener ese estatus que tanto le ha costado ganar a base de trabajo en el quirófano. Matt (hijo de Sean y de su mujer, Julia) ya pasó de ser un secudario más a ser un personaje importante hacia finales de la primera temporada, pero se verá situado en el ojo del huracán por dos situaciones puntuales en las que se verá sumido. Una de ellas tendrá que ver con el núcleo familiar y la cada vez más enrarecida relación que existe entre Sean y Julia, y la otra, será la nueva novia que se busca, un verdadero factor innovador que complica completamente las cosas más aún de lo que están en esta segunda temporada.
Como las dos novedades principales, Ava Moore (interpretada de forma brillante por Famke Janssen), una "recuperadora" que empezará trabajando para ayudar a Matt en los estudios y que luego se asentará como un personaje realmente importante y motor de la acción en muchos de los episodios; y la recuperación de viejas conocidas como son Gina y Kim, las dos mujeres que más tiempo han tenido atado al doctor Christian Troy en estas dos temporadas. Además, la aparición de Kim es un verdadero jarro de agua fría para los dos cirujanos.
En términos generales, la serie mejora mucho en esta segunda temporada, pero me parece que la forma de avanzar es "a trompicones", aprovechando la aparición de nuevos personajes, nuevas circunstancias que cambian la forma de vivir o de trabajar de los protagonistas, o los esperados giros de guión cuando parece que se va a cerrar una hisoria pero aún no hemos llegado a ese décimo sexto capítulo que supone el Season Finale. Da la sensación de que muchas veces el final que casi nos tienen preparados los guionistas es más interesante que el que de verdad nos encontramos al acabar el capítulo, pero es el método habitual para cerrar tramas y que ya caracteriza a la serie y habrá que aguantar con ello.
En definitiva, una notable mejoría con respecto a la temporada anterior. La serie avanza bastante más rápidamente al final que al principio, y eso se agradece, pues llega a enganchar y es un verdadero aliciente para seguir pendiente de las aventuras de los doctores Troy y McNamara. Personalmente, sigo pensando que los elogios haca esta serie son un tanto exagerados. Mala no es, pero tampoco me parece de lo mejor que se haya podido ver en la televisión en los últimos años. Sobre todo en la estadounidense (y más antes de la famosa huelga del año pasado).
6/10
('Tá bien)
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