Bonito número al que llegamos ahora. Un número íntimamente relacionado con la religión de los Cabronos Extraños, con la Iglesia Raúliana "La-Que-Nunca-Hace-Nada". Pero no sólo de fútbol vive el cabrono, así que hemos traído a un verdadero Mesías enviado a la Tierra por el bien de la humanidad. ¡Cherramón, te elijo a ti!
¡Ataque "Al turrón"!
CABRONOS EXTRAÑOS: Anda que no hemos tenido que rezar ni nada para poder traer a la Redacción Extraña a un Mesías de los de verdad y no como todos esos de pacotilla que, a las primeras de cambio, se dedican a abandonar a sus fieles.
CHERRAMÓN: Así me gusta, que recéis al Diso del Rock porque él os hará caso y mandará emisarios como yo para que nunca jamás perdáis el apoyo de la buena música y del buen hacer.
CE: La gente no sabe porqué un Mesías como usted es tan importante para nosotros. Es cierto que hay miles de Mesías y religiones en el mundo, pero la suya es la mejor porque usted es el claro ejemplo de que el Rock es el principal motivo de alegría.
CÓN: Es verdad. Cuando el Diso del Rock decidió mandarme a la Tierra sólo me dio tres reglas básicas que jamás debería incumplir bajo pena de que me cortaran el pelo, me vistieran de indio y me pusieran a cantar y a bailar sobre la barra del Caray.
CE: Adelante con las tres reglas.
CÓN: La primera de todas es que debo ser el único Mesías que folle. Si, por alguna circunstancia, cualquier otro individuo pretendiera aspirar a ser un Mesías, sufriría el Castigo Divino por antonomasia que consiste en un número determinado de golpes de remo dados por el Panteón de de Sabios que existe en una realidad más allá de la conocida. Por supuesto, en ese Panteón figuran nombres como Bon Scott, Kurt Cobain (que da con un látigo en vez de con un remo) o John Bonham.
CE: Arrea. Cualquiera intenta quitarle el puesto a usted. ¿Cuál es la segunda?
CÓN: La segunda es que yo y sólo yo debo ser el único capaz de aparecer de la nada (con una cazadora de cuero y abriéndome paso entre la neblina), señalar a un rockero de verdad con mi dedo y advertirle "que no debe beber más o sufrirá un Castigo Divino por cada lata de cerveza que se beba a partir de ahora". Lo creáis o no, tuve que pasar el suplicio de pasar en el desierto de mi vida sin beber el néctar de los verdaderos rockeros, el zumo de cebada o cerveza, más tiempo del necesario. Sólo yo conozco la dosis apta para cada uno y yo soy uno de los que le prohibió al Señor N4 el ingerir alcohol porque se armaría la zapatiesta y el estropicio.
CE: Con cada regla, toda nuestra vida va cobrando un significado más épico. ¿Qué pasa con la tercera?
CÓN: La tercera de las reglas es la revelación que ha hecho que muchos hombres decidan adoptar el camino del bien y seguir mis enseñanzas. La que ha hecho que muchas mujeres se hayan bajado las bragas por la sola acción del Mesías Cherramón. La tercera regla es que debo matricular y enseñar Telarañas a todo aquél que lo vea necesitado. Cuando me asiente en el mundo de la religión, el rock y la alquimia, pondré una academia en La Puebla del Príncipe (un lugar al que todo seguidor mío que se precie debería peregrinar al menos, tres veces en su vida) en la que daré mis magistrales clases de Telarañas.
CE: ¿Recuerda que cuando concertamos esta entrevista nos instó a que no contáramos todo sobre las Telarañas?
CÓN: Qué tiempos aquellos. Ahora soy más feliz: he descubierto la forma de montarme sobre mi guitarra y volar entre los truenos de una tormenta que derrumbaría y destruiría el mismo Asgard.
CE: No pase de largo de eso de la Alquimia. Sánchez ha abierto los ojos más de la cuenta, parece que le interesa.
CÓN: Ahí andamos dándole a eso de estudiar la forma de combinar los elementos con las sustancias y demás cosas raras que hay en el mundo para crear nuevos componentes que me ayuden en mi misión como Mesías. De momento, ya sé cómo transmutar un montón de cosas, pero me está costando lo de pasar almas de personas a armaduras y lo de crear muros en mitad de la calle para que se estrellen los coches de los bacalas y capachas que habitan el mundo. El otro día, de chiripa, me salió hacer un círculo de transmutación para crear un gólem que fustigara a los infieles que voy recogiendo de la inmundicia y que me recogen las olivas.
CE: Es un Mesías sin compasión.
CÓN: Es que hay una cosa clara. Hay que quitarle la tontería del cuerpo a la gente. Quizá no hagan suficiente para que sean condenados a Castigos Divinos, pero siempre está la puerta de mi cortijo abierta para explotar a los traidores al Rock'n'Roll.
CE: Afortundamente, Cabronos Extraños tiene su bendición. De los tres, sólo Escofil es suficientemente hombre como para trabajar en el campo.
CÓN: También es el menos indicado para ser castigado por Diso.
CE: Sabias palabras. ¿Algo que añadir antes de que echemos el cierre?
CÓN: Por supuesto. Nenas, no dudéis que yo soy el verdadero Espidermán, el que tiene las Telarañas más fuertes, más robustas, más correctas, de mejro calidad y el que os hará gozar por los cuatro costados e, incluso, por costados que ni siquiera conocéis de vuestro cuerpo.
CE: Lo ha dicho un hombre, bueno... un Mesías.
CÓN: ¡He dicho! La bendición mesiánica caiga sobre ustedes, Cabronos y lectores Extraños.
3 comentarios:
Hace tiempo que las telarañas de nuestro mesías están secas, vamos a crucificar al mesías!
No Zurra, son las más robustas, las más correctas y las de mejor calidad, crucifixión no, libertad xDD
Hombre, hay que tener en cuenta que Cherramón es un hombre astuto a la par que "este niño es una máquina", y sabe echar las Telarañas como sólo un Mesías sabe hacerlo, con soltura, con arte, con maestría, con certeza, con puntería y, sobre todo, con eficacia.
Ahora bien, es cierto que en todos sitios cuecen habas, pero más quisieran los apócrifos extraños estar en la tesitura del Mesías del Diso Rock.
Una cosa más: si hay crucifixión, espero que haya barbacoa para acompañar el jolgorio, las muertes se quedan muy sosas ahí viendo cómo crufican al tío sin hacer una buena meriendacena.
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