30 de agosto de 2009

Las 20 series de dibujos animados que deberías ver si eres lector de Cabronos Extraños [XIII]: En busca de Carmen Sandiego

Llegamos al mágico capítulo número 13 (agárramela y verás cómo me crece) con una serie basada en un videojuego de los ochenta. Rompe un poco con la tónica de las últimas series de televisión, pero... ¡anda que no hemos aprendido geografía viendo a la dichosa Carmen Sandiego ir de un lado para otro!



Carmen Sandiego era una malosa a la cual le gustaba ir por ahí robando objetos de gran valor histórico mientras se movía a lo largo y ancho del globo terráqueo escapando de dos agentes adolescentes de la marca agencia ACME, los cuales tenían que ir resolviendo cada uno de los acertijos que iba dejando la tía después de sus robos. Nunca entenderé a los malos de las series de dibujos animados, siempre deseosos de que los pillen los buenos, siempre poniéndose a sí mismos en ridículo siendo derrotados por unos críos sabiondos. El principal problema que tenía Carmen Sandiego es que, en el fondo, y a pesar de haber estado estudiando en un colegio de pago para villanos de segunda fila, no se acabó graduando, y daba unas pistas que hasta la cabeza loca ésa que seguía a los protagonistas era capaz de adivinar.

Los dos buenos eran dos hermanos llamados Ivy (la chica, mayor) y Zack (el chico, más pequeño), y el Jefe. El Jefe era un holograma con voz chillona y abundantísimo que se creía más gracioso que el Genio de Aladdín y que iba ayudando a los dos chavales en su trabajo de campo teletransportándolos de un lado a otro del planeta para que pudieran seguirle la pista a Carmen Sandiego. A mí me escamaba que esta Carmen y la cabeza voladora se llevasen tan mal, evidenciando una vez más que la villana no aprobó la asignatura de "Búscate una némesis decente, copón" en el cole. El caso es que Carmen Sandiego empleaba toda su imaginación para ir robando todo lo que se os pueda ocurrir (en un capítulo, incluso robó las huellas que Neil Armstrong dejó en la Luna, mira que era retorcida la tipa ésta) y, además, dejar las pistejas para que Ivy y Zack, al final, pudieran detenerla en escasos 10 minutos que le quedaban al capítulo desde que introducían la historia y la cabeza parlante conocida como Jefe mandaba a los chavales a por la mala.

Ivy era algo así como un aspirante a Lara Croft pero muy, muy light. Sabía luchar de un montón de formas diferentes (era cinturón negro en todas las artes marciales que puideras o pudieses enumerar cuando eras un niño de 7 años, 8 a lo sumo) y era la que acababa dándole una paliza a los secuaces de Carmen Sandiego por muy armados que estos estuvieran con sus pistolas último modelo. Mientras tanto, Zack era un chiquete de 14 años que sabía hablar en un montón de idiomas, y me da a mí, que si no le salía la jugada de forma adecuada, cuando llegaba el momento de hablar con uno que no supiera hablar alguna de las lenguas que él sí sabía, se inventaba la traducción y se quedaba más ancho que largo. El caso es que Zack era el típico niño pedante en el que los que crearon el videojuego de Carmen Sandiego pretendían convertir al jugador: atengo a cualquier cosa y capaz de memorizar el detalle más tonto para resolver el acertijo del día. Él pensaba y ella daba las tortas, ya estábamos en los años noventa, amigos.

La series es tal bacalá que ni fotos buenas hay en Internet. ¿Que cómo es posible que haya entrado en la excelsa lista de "Las 20 series de dibujos animados que deberías ver si eres lector de Cabronos Extraños"? Eso es un tema que deberéis debatir con el mono borracho que me ha estado pasando los post a escribir en agosto...

Y decía que aprendimos mucha geografía con la señora Sandiego, y no miento con ello. No sólo geografía, también historia. Alguien que se haya visto esta serie y tenga recuerdos de ella, lo tendrá mucho más fácil en el Geo Challenge del Facebook (¿no has jugado? eres un infiel). Gracias a los viajes de gorra que se pegaban buenos y malos en la serie, te enteraba de en qué parte de Estados Unidos estaban las Cataratas del Niágara o, algo muy loable para que un crío de 8 años supiera, como era mi caso, señalar en el mapa dónde quedaban París, Venecia o Nueva York. ¿Quién dijo que de la tele no se aprendía? Lo único que no tenías que hacer, es prestarle atención a las estupideces que decía la cabeza cuando no daba explicaciones sobre los lugares a los que iban los chicos y la serie era bastante buena.

Recomendación extraña del día: "¡Bajaos esta serie de donde queráis, ponédselo a vuestros hermanos pequeños o a vuestros sobrinos o a vuestros primos o a quien os salga de la minda y que no salgan incultos perdidos!"

Antes de hacer caso a un Cabrono, consulte con su médico de cabecera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Holaa
paseando por blog di con el tuyo y vi la publicacion de Carmen de San Diego , jiji te gusta buscar series antiguas ?
yo estube un tiempo buscando muchas de mi infancia , y aun sigo , hice unas publicaciones sobre ellas ,
http://puppetdie.blogspot.com/2010/01/si-naciste-por-los-90.html
ai tienes el link espero que te guste, cuidate^^

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