Peustival 2009

(Crónica a medias de dos de los tres reporteros más dicharacheros de Cabronos Extraños, abre el fuego Miguel N4 que luego da paso al Señor Sánchez. ¡Al turrón!)

Segundo año que se celebra el "Peustival" en Daimiel. En esta ocasión, el evento cobró una importancia suprema debido a que llegó el esparadísimo momento del debut de Esclavo del Odio en un escenario.(a.k.a. Maroto y los Sacos de Mierda)

El Peustival lo abrieron Los Vecinejos de Sánchez, un grupo de chavalillos jovencillos que, en su tiempo libre, se juntan para ensayar versiones de canciones conocidas por los más rockeros del lugar. Desgraciadamente, la presión les pudo (aaaay, estas nuevas generaciones, qué flojitas nos vienen, pardiez) y lo de acabar las canciones pasó a un segundo plano (además, los pobres tuvieron que pelearse con el sonido, fruto de ser los primeros de todos). Empezaron con Smoke on the Water de Deep Purple (algo que predijo Nostrasanchus con sus increíbles poderes) y tocaron algunas famosejas como Master of Puppets de Metallica o No Hay Tregua de Barricada. A ver si ensayan más y se relajan, que los pobrecicos no firmaron la mejor actuación que hayamos visto unos Cabronos como nosotros.

"¡Y que viva el Metal, testículos!"

Bueno, pasemos al mejor momento de la noche, la actuación de Esclavo del Odio (a.k.a. Maroto y los Sacos de Mierda) con el Doctor Maroto en una guitarra, Moraga en la otra -guitarra-, Chanante Aguirre a la voz, Rafael el Infiel en la batería (ojito, que éste huele a fichaje extraño) y nuestro querido Escofil, el loco del bajo y los coros, que tenía el micrófono bajito pero que iba con la barba arreglada más guapo él que nadie. El público estuvo volcado con ellos al máximo, coreando a los artistas y bailando, saltando y gritando con cada tema, los cuales eran todos completamente suyos, composiciones con toques Heavy muy chulos, movidos, con caña y con un sonido que resultaba muy fresco. Se nota que las canciones estaban bien ensayadas y la compenetración entre los músicos es total, así que sólo puedo decir que a mí me gustaron mucho. En cuantico que graben algo, Escofil mediante, tendréis en el blog noticias noticiosas de estos cracks.

Parece ser que Goya estaba un poco sordo, por eso cuando lo llamaban para ir acomer, la gente tenía que repetirlo muchas veces: "¡Goya, Goya, Goya, Goya, albóndigas!"

Lista de canciones del concierto, respetando el orden:

• Calma en las Alas
• Dios o Muerte
• Escapa
• Auschwitz
• Volver a Soñar
• Revolución
• No Hay Perdón

Como nota, al final del concierto, invasión de escenario de Pelazaritozote y más seres extraños para cantar las tontás que se han puesto de moda en el grupete de amigos. Se nos ve el plumero, pero somos felices así.

(ahora, toma la palabra el Señor Sánchez, ¡coludo!)

Y tras la descarga de 100% pure organic metal por parte de Esclavo del Odio, le llegó el turno a Ojo Vago. En líneas generales, el concierto de Ojo Vago estuvo bastante bien y además fue muy movido debido a los pogos, que aunque a mi no me gustan mucho, he de decir que terminé metido en la mayoría y que salí con alguna que otra herida de guerra, pero vamos sin mayor importancia. La mayor parte del set list se compuso de versiones, algunas tan grandes como Vicio de Reincidentes, Irracional o Antes y Después de Hamlet, Los rockeros van al infierno de Barón Rojo, etc. Además de versiones también tocaron un par de temas de cosecha propia.

Una vez finalizado el concierto de Ojo Vago y mientras que montaba el último grupo que tocó en el festival llegó el turno de los espontáneos, un grupo de espectadores del Peustival que se apoderaron de los mircrófonos y nos amenizaron los minutos de espera entre un grupo y otro, ¡estos niños si que saben!.

Y para terminar la noche, tocó un grupo de Herencia, el set list de este grupo se compuso de versiones, la mayor parte de estas fueron de Extremoduro, quizá este concierto fue menos movido que los anteriores, seguro que debido a que las fuerzas ya flaqueaban ya que eran aproximadamente las 5.00 y es que 6 horas bebiendo y comiendo guindillas pasan factura a cualquiera.

Y así queridos lectores terminó el Peustival, ya no quedaba más que montarse en los coches y regresar a casita a dormir y a descansar que la noche fue intensa.