5 de julio de 2009

Las 20 series de dibujos animados que deberías ver si eres lector de Cabronos Extraños [V]: Chicho Terremoto

Me río cuando hablan de las grandes proezas llevadas a cabo en los Juegos Olímpicos o en cualquier acontecimiento deportivo de índole mundial. Todo el mundo sabe que el mejor deportista de todos los tiempos (con perdón de Raúl González Blanco) es Chicho Terremoto.



Chicho Terremoto. Jugador de baloncesto, de hockey sobre hielo, de tenis de mesa (-"¿Ping?", -"¡pong!"), luchador de sumo, golfista y esgrimista profesional, al margen de estudiante y, algo a lo que todos hemos aspirado a ser algún día pero pocos han tenido los arrestos para dedicarse a ello, ¡levantador de faldas! Como diría el Señor Sánchez: "Este niño es una máquina". ¡El mejor!

La historia de Chicho Terremoto es un ejemplo de superación. Resulta que Chicho es un chavalillo chiquitajo cuya mayor pasión es levantarle la falda a las chicas para comprobar si éstas tienen las bragas blancas o de otro color. Evidentemente, Chicho es defensor de las bragas blancas, algo que yo, personalmente comparto porque me parece un modo de vida maravilloso. Ahora bien, cómo se nota que la serie salió en la década de los ochenta, porque ahora Chicho se iba a comer un mojón bien grande, porque pocas chicas hay que no lleven las bragas de colorines. Hombre, blancas molan, pero hay ciertas combinaciones que también tienen su gracia. Sería cosa de mandarle una carta al señor creador de Chicho Terremoto para que nos explicase cuál sería la posición de Chicho ante los tangas, que es otro factor a tener en cuenta y que, "sin ni una duda" molan un montón. Pero no nos desviemos del tema que empezamos hablando de baloncesto (que es una bacalá de deporte) y acabamos hablando de bragas y de mujeres (que es un tema mucho más interesante, para qué lo vamos a negar).

Ahí vemos a Chicho levantándole la falda a Eva y comprobando que su entrenadora, con buen criterio, se ha puesto bragas blancas.

El caso es que Chicho Terremoto quiere entrar en el equipo de baloncesto de su instituto a pesar de ser un retaco, así que le tiene que demostrar al capitán y a la entrenadora (que es una madurita interesante llamada Eva que acaba haciéndole caso a Chicho y se pone las bragas blancas... ojalá todas las mujeres fueran tan influenciables *cof* *cof*) que es un jugador genial. El chavalillo es bajito pero tiene una especie de "Tiro del Gato" que la mete de tres desde su pueblo y que es imposible de taponar (aquí aprendimos el famoso grito de "¡Tres puntos, colega!"). Además, como la camiseta le viene grande, pues utiliza otro que es el "Tiro de Rosita" que es una entrada a canasta en la que se deja caer desde lo alto como si fuera un paracaídas y deja el balón en bandeja para marcar dos puntos. Rosita era una chica con la que vivía Chicho y de la que estaba completamente enamorado (esto lo sabemos porque, como todo el mundo sabe, cuando un hombre se enamora de una mujer, cada vez que la mira, sus ojos se ponen en forma de corazón, ¿a vosotros no os pasa?, a mí sí) y que siempre usa bragas blancas, por lo que aumenta ese enamoramiento. Rosita también es la animadora del equipo y le tiene cierto cariño a Chicho, así que acaba siempre curándole los chichones que se hace él solico o que le hacen los otros compañeros y rivales porque la vida en los institutos es como la vida en la selva y sólo sobrevive el más fuerte.

En poco tiempo, el equipo de Chicho se convierte en el coco del campeonato porque no hay quien les venza con ese jugadorazo que fichan. Algunos lo intentan, como el equipo de Tobías (el exnovio de Rosita), que es un tío gigantesco con muy mala leche, o el del tipo que era mago y fan de Ten Shin Han y creaba la ilusión de que tenía ochocientos mil brazos. Un despilporrio. Pero no sólo de baloncesto vive el hombre (sí, también de bragas, pero eso ya lo hemos comentado), porque Chicho es un crack en todo lo que hace, así que se mete a gimnasta y también se pasa por la piedra a todos los bailarines en mallas que le salen al paso (en sentido figurado, que la serie tiene ese humor guarrillo tan común en los ochenta pero nada explícito salvo las bragas de las chicas). Pero mis capítulos preferidos son cuando se metía a jugador de ping-pong, cuando se enfrenta él solo contra todo el equipo de su instituto y se encuentra con que todos los frikis de la escuela se han apuntado al club de ping-pong y tiene que jugar contra ellos (así son los japos). A ver a quién se le ocurre que tener la mano hinchada y hecha una pena de darse golpazos te puede servir para darle un efecto fantasmal a la pelota y que aparezca y desaparezca botando sobre la mesa... ¡A nadie más que a Chicho Terremoto! ¿Y a quién se le hubiera ocurrido que sería capaz de generar una niebla inmensa usando el hielo de la pista de hockey y así pasar inadvertido entre los rivales y marcar goles? ¡A nadie más que a Chicho Terremoto! ¡Premio Príncipe de Asturias al Mérito Deportivo ya!

¡Tres puntos, colega!

Me he dejado lo mejor para el final, y es el personaje de Bobby, el perro de Rosita. Era un animal extraño (¡extraño!), que también estaba enamorado de Rosita y se cabreaba cada dos por tres porque ella le hacía cariños y carantoñas al bueno de Chicho, con lo que acababan siempre peleándose el uno con el otro. Curiosamente, Bobby era más grandote que el propio Chicho, y hablaba con más coherencia que él, de hecho, era el que nos explicaba las normas del baloncesto a los telespectadores (el baloncesto es una bacalá de deporte bien aburrido que sólo tiene gracia en los dibujos animados o en películas como "Space Jam", por lo que la gente como yo contestó bien las preguntas de los test de Educación Física sobre baloncesto gracias a los letreros y explicaciones de Bobby). La experiencia nos dice que no debemos fiarnos de un perro que se pasea por ahí en pantalón corto. Ya lo sabéis.

Una serie que pasará a la posteridad y que todo el mundo debería ver, al menos, una vez en su vida. La mula es vuestra amiga, confiad en la mula.

7 comentarios:

JAVIER dijo...

Bueno, noe s tanr aro eso de ser un experto en todo; en el "cómic" Lorenzo's land, Jorge Lorenzo tiene una ccidente de moto, y se le olvia que es piloto. Así, intenta, con ayuda de sus amigos, otras profesiones: jugador de futbol gracias Puyol y Eto'o, de tenis gracias a nadal (incluso lo invitan a algun torneo porfesional), de baloncesto gracias a Gasol; presentador de TV, actor de cine...
Vamos, un crack en todo

Miguel Negrillo dijo...

Sí, pero lo de Lorenzo no se lo cree nadie y lo de Chicho Terremoto TIENE que ser verdad xDDDD

Venga, ¿le enseñan a jugar al fútbol Puyol y Eto´o? A mí me vienen estos dos a enseñarme a jugar al fútbol y paso olímpicamente de la pareja. En realidad, a mí lo que me haría ilusión es ser el discípulo adelantado de Chema Martínez ;)

Anónimo dijo...

Joder, de la cantidad de series que hay y no se me ocurre una de las mejores cuando me dijiste que era de deportes. A mi el deporte que me gusta más también es el de levantar faldas xD. Chicho era el puto amo.

Miguel Negrillo dijo...

Ay, José, José, que pierdes facultades. Pero no nos cuentes la milonga de que tu deporte favorito es levantar faldas cuando no te hemos visto practicarlo en todos los años que te conocemos.

Venga, otra pista (acertijón acertijeta): con el número 6 viene una de las series de dibujos animados con mejor banda sonora de la historia. ¡Bien!

Anónimo dijo...

Una cosa es que sea el que más me guste y otra el que más practique xD. Creo y de esta si que estoy casi seguro cual es la siguiente serie.

Poetastro dijo...

Esa me la sé: la conocida canción de Ataräxia. Aunque debido a unas imperfecciones en el espacio-tiempo se utilizó en los 80 como intro de Dragon Ball.

Veo que tenías mejor gusto de pequeño que ahora. Entonces te veías las mejores series y ahora no aprecias mis recomendaciones sobre cómics.

Un saludo desde un pueblo sin conexión, pero con los mejores festivales extraños.

Miguel Negrillo dijo...

Puesss... Frío, frío, no van por ahí los tiros ;)

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