27 de abril de 2008

Los 20 videojuegos que deberías jugar si eres lector de Cabronos Extraños [II]: PC Fútbol 7.0

Este es el mejor mánager de fútbol que se ha hecho jamás. A pesar de que a lo largo de los años han llegado a nuestro país un montón de juegos similares de factura extranjera, hay que tener en cuenta que sólo en España se podría hacer el juego de fútbol definitivo.

Un videojuego en el que las estrellas de la Liga eran (de izquierda a derecha): Dani (Mallorca), Raúl (R. Madrid), Míchel Salgado (cuando andaba en el Celta) y Rivaldo (en su época azulgrana).

¿Os acordáis de la desaparecida Dinamic Multimedia? Era una empresa desarrolladora de videojuegos que sacaba videojuegos a 2.995 pesetas (en esa época no había cánon digital para CD vírgenes ni ninguna milonga de estas que nos intentan colar y con ese precio a nadie se le ocurría buscarse la forma de conseguir el juego gratis) y los podías encontrar ¡en los quioscos! Ahí tenías todos los años, por octubre o noviembre tu PC Fútbol al lado del Diario AS para llevártelo a tu casa y demostrar que eras muchísimo mejor presidente que Lorenzo Sanz, Lendoiro, Jesús Gil o Gaspart juntos. Vaya que sí.

La versión que hemos decidido escoger es la 7. Primero, porque es el dorsal de Raúl González Blanco, y es un juego de fútbol, así que el 7 es el mejor y punto. Segundo, porque era la mejor versión de todas las que sacaron en la época. El número de veces que te salía el típico error que te devolvía al escritorio "El Manager no puede continuar" era mucho menor que en los posteriores 2000 ó 2001. En PC Fútbol tenías todo lo necesario para cogerte al Granada, al Guadix o al Cacereño y llevarlo a Primera División y ganar la Champions. Qué tiempos aquellos en los que era más importante contratar un buen ojeador y un buen entrenador de juveniles para promocionar a los filiales y que estos alcanzaran 4 estrellas y media y los vendieras con unas cláusulas del copón. Lo mejor era que te podía salir un "Juan Pérez" que venía el Manchester United y te pagaba 20.000 millones de pesetas por él. Luego te gastabas el dinero en hacer unas cuantas gradas más en el estadio para que los almendrones de la Federación dejaran de tocarte las pelotas con tanta multa semanal cada vez que jugabas en tu casa.

Y luego estaban las "expansiones". Que por otras 3.000 castañas pilongas te llevabas a tu casa un CD que te decían que te mejoraba algunos fallos y que te actualizaba las plantillas con los fichajes de última hora. Y había otras dos expansiones de estas tan chulas. A veces hasta incluían fotos nuevas... Así que incluso era posible que dejaras de tener la típica foto de Roberto Carlos recién rapado al llegar al Madrid allá en el 1996.

Mira qué pedazo de gráficos.

Luego, en un único CD te traía el simulador arcade (vale que era cutre, pero era en 3D y jugable al fin y al cabo) y el mánager. Y entonces era cuando te dabas cuenta que el fútbol es un deporte sencillo que bien se podría jugar con un portero, dos defensas (importantísimo el lateral derecho que era el que siempre recibía el balón cuando sacabas en corto, Daniel Alves aprendió a jugar al fútbol con este videojuego), un centrocampista y el delantero centro. Dos pases y ponías a correr al delantero que era facilísimo correr haciendo eses y meter goles de vaselina. Para los que no conocieron este modo de juego, se hacía pulsando rápidamente primero la tecla de las mayúsculas (que era el 'pase') y luego el enter (el 'tiro). Gol garantizado.

Golazo del portero
Hasta los porteros meten goles desde su casa.

Y lo mejor son las historias que nos montábamos. Me acuerdo cómo llegaba al cole y comentaba que, mi Cacereño, que jugaba un estricto 4-4-2 con un jugador en cada banda y marcaje zonal, ganaba la Liga perdiendo sólo un partido o dos. Éste solía el del Barcelona (los árbitros robaban hasta en el PC Fútbol) o el que me tocara con el error que ya os he comentado anteriormente. También los fichajes de tipos que cambiaban su nombre y aún así seguían siendo los mismos. Como Zidane que pasaba a llamarse Dominique. ¿En qué estaban pensando? Ponerle un nombre tan absurdo sólo porque era francés. ¡Y se podía fichar a Romario! O al tío que se inventaban que era Romario. Pero vamos, que yo era más de jugar con los filiales, que eran los que me daban los cuartos necesarios para que luego no me arruinara a las primeras de cambio.

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