Resulta que un día iba tranquilamente por el desierto (la razón del porqué iba por el desierto es que de pequeño se cayó en la marmita) y sin darse cuenta le pegó una patada a una Lámpara Maravillosa.
Como es normal, el Genio-que-vive-en-la-lámpara, salió cabreado de ella (a vosotros os pasaría lo mismo si vivís en el desierto y llega alguien y le pega una patada a vuestra casa y os manda dos dunas más para allá de lo debido):
- ¿Quién osa molestar al Genio-que-vive-en-la-lámpara?(el Genio-que-vive-en-la-lámpara se marcha y a los cinco minutos vuelve)
- Eeeeh, yo, y no me importa decir mi nombre, me llamo José Butragueño
- Bien, como me has hecho salir de la lámpara te debo conceder un deseo.
- ¿No eran tres?
- No. Sólo te concederé uno porque me has sacado de una patada, agitando se conceden dos y frotando son tres.
- Está bien...
- ...antes de pedirlo ten en cuenta que como llevo tantos siglos tirado en el desierto estoy desentrenado y no podré concederte algo poderoso de verdad.
- ¡Deseo que se solucione el problema en Oriente Medio!
- Veré qué puedo hacer...
- Puf... tú no sabes cómo está aquello, allí hay una buena liada. Tu deseo no puede ser concedido, pide otro.
- ¡Quiero que Panini mejore la edición de los cómics ahora que ha puesto los precios por las nubes!
- En seguida vengo.
(el Genio-que-vive-en-la-lámpara vuelve en dos minutos)
- Mira, que he estado con Viturtia y mejor que saques los mapas de Israel y Palestina a ver qué podemos hacer...
3 comentarios:
menuds pendejos, de que chinga esto¿?
Ey papi, esto es una pendejada de unos cuates. ;)
Vamos Mariluzzzzzzzz
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