Homenaje a una serie de culto

Hace unos días los tres apuestos redactores de Cabronos Extraños, -Sánchez, Escofil y yo- comtentábamos acerca de los méritos de Will Smith para llevarse un Oscar. Podría ser una conversación cualquiera, pero el más sabio de los tres (y el más apuesto también), el Señor Sánchez recordó la serie de culto con la que todos los de mi generación hemos disfrutado: El Príncipe de Bel-Air.

En la época en la que todos los niños sabían recitar de memoria las alineaciones del Tohu y del Nankatsu, en la época en la que ibas al cole comentando cómo a Son Goku se le había puesto el pelo amarillo y en la época en la que todos queríamos ser Tommy Oliver. Ahí estaban los de Antena 3 que siempre que podía metía (con calzador si hacía falta) a Will Smith, a su primo Carlton y a toda la familia Banks. La serie que dio a conocer a Will Smith en España, la que ponías cuando salías del colegio porque los dibujos de La 2 eran cada día más malos y en la que primero empezaron a meter pequeños gags los dobladores (como cuando los Banks veían las noticias y el presentador tenía la voz del hombre del tiempo en la 3; o las alusiones a los famosillos de la época, como a Gil).

¿Quién no recuerda saludarse con los amigos chocando la mano igual que en la serie "pssssss"? Y ahora a esa misma hora hay un concurso de un tipo medio bobo con una ruleta a la que va esa clase de gente que duda si lo correcto es poner "vevida" o "bebida" o algo peor.

En fin, yo no puedo evitar sonreirme cuando en ocasiones aparece en CLM TV esta serie, con el mayordomo Geoffrey, los inexplicables cambios de actriz con el personaje de Vivian (así de interesante era que la mayoría ni nos dimos cuenta de que era otra persona) o las absurdas gracias de Jazz.

En fin, Will, cántala otra vez...