Pongámonos en la situación. Imaginaos que Cabronos Extraños fuéramos una productora y nos propusiéramos a hacer una película. Claro, con eso de que no tenemos cuartos para pagarnos el proyecto, tendríamos que desempeñar nosotros mismos muchos de los roles típicos de los que hacen falta para que al final acabe saliendo una película decente.
Escofil, que de pequeño ya apuntaba maneras, sería el director. Porque Escofil, ahí donde lo veis, es capaz de tener una visión diferente de la vida, y sería capaz de dirigir una película al más puro estilo Clint Eastwood (nosotros no haríamos bacalás infames como las de Woody Allen), aunque la pose de tipo duro de Escofil es un poco menos intimidatoria que la de Eastwood, eso sí. Se queda un poco más al nivel de Janfri Güein, que tampoco está nada mal.
Para mí iría uno de mis caprichos personales, el de ser el guionista. Imaginaos que los tres nos ponemos ahí en la Redacción Extraña (que no sería una redacción como ahora, serían los Estudios Extraños), en uno de los despachos mejor iluminadas, con Escofil y Sánchez lanzando un montón de ideas para sacar una película y yo intentando organizarlas todas para que, en conjunto, sean capaces de contar algo, aunque sea sólo de refilón. Además, habría que meterles diálogos a los personajes, porque ya me imagino que a Sánchez le gustaría que sólo se pegasen entre ellos o montasen guerras, y a Escofil, que en vez de pegarse, estuviesen todo el rato hablando de tontás como del cambio climático o de si se van a manifestar por no sé qué. Poco a poco iría escribiendo el guión, pero eso sí, como para los nombres somos tan malos (no hace falta más que ver nuestros "originales" nicks), la mayoría de los personajes se llamarían como lo primero que encontrásemos en la Wikipedia. ¿Jesús Alcázar? Pues así, mismamente.
Sánchez haría las labores más importantes para las cuales no tuviera casi ninguna competencia cuando fueran a entregar los Oscar y así arrasar con todos ellos. Encargado de fotografía, de efectos especiales, de cámara y actor secundario. Porque una película de Cabronos Extraños en la que no salga Sánchez sería una castaña pilonga, ya que la estrella siempre es necesaria en los grandes proyectos. A ver, ¿qué pinta un tío encargándose de las fotografías si es una películas? Eso que se ponga Sánchez con el móvil ese táctil tan moderno que tiene a coger notas y a echar fotos y ya las enviaremos a la prensa para que las publique. A la prensa seria, eso sí, es decir, a los que den el periódico gratis en la universidad y a los del Diarios As.
Imaginaos el casting de actores cómo sería. Peor que los que hayáis visto jamás, pues Escofil, a pesar de ser un blandengue, criticaría un poco y sacaría de sus iker-casillas a los actores que se presentasen, y al final acabaríamos amenazados, como siempre. Eso sí, es imprescindible que la escena de la audición sea la de Romeo y Julieta, que eso es inamovible, algo común en las películas americanas y nosotros lo que queremos es romper todos los récords en taquilla, así que hay que darle caña al tema. Así que subiríamos a Sánchez disfrazado con una peluca rubia y con los labios pintados a lo alto de una torre (que no iba a ser una torre de verdad, iban a ser unos andamios forrados con cartón-piedra, pero de los decorados se encargaría mi tío, que es carpintero y seguro que la factura nos la hace un poco más apañá') y que los actores hicieran de pretendientes a estilo libre. Menudo reclamo iba a ser ése. Cuando tocase al contrario, pues que las chavalas se declarasen a nuestro Profeta, ¡sí señor!
El encargado de la música aquí iba a ser Escofil, que ya tiene formación musical y una carrera universitaria (no como otros). Director de películas y de música, menudo parto bien aprovecha'o que está hecho el zagal. Pues eso, que Escofil iba a encargarse de la música, aunque ésta tuviera que ser interpretada en su mayor parte por la Banda Municipal de Daimiel, que no estaría mal del todo. Ah, y empezaríamos la película con una canción en exclusiva hecha por Esclavo del Odio para los títulos del principio, a ver si en Zombieland empezaban con Metallica y nosotros no íbamos a poder hacer algo parecido. Ah, y una cosa importante, un número musical al más puro estilo película Disney con los actores por ahí cantando y bailando (en esta escena también estaría Sánchez y sería la que le valdría el Globo de Oro y el Oscar al mejor secundario).
A mí me tocarían la labor de voz en off tanto para la narración como para los extras del DVD, pero para eso no me escribiría guión, sería poner el corte de voz más chanante de unos cuantos que íbamos a grabar en los Estudios Extraños. ¡Y no vamos a incluir pitidos con las palabrotas! Así que la película tendría que salir como "no recomendada a mayores de 13 años", como mínimo. Bueno, no pasa nada, así los chavales quieren verla con más ganas. Por lo menos, lo de usar el Audacity ya lo tengo bien dominado con lo de los podcast.
¡Ve al cine a vernos!
2 comentarios:
Lo mejor seria una pelicula como Zombieland + Crank. En las escenas de pelea colocar buena musica cañera a todo volumen. Añadir un par de romances en plan Mr. & Ms.Smith para atraer mayor publico. Y añadir un par de personajes de que la palmen de maneras grandiosas y si eso añadir algo de cienciaficcion de la buena.
Esa pelicula no tendria perdida.
Y si le ponemos un poco de Shaolin Soccer, ya sale una película LEGENDARIA en toda regla.
Publicar un comentario