¿Y si Cabronos Extraños gobernasen en España?

Si Cabronos Extraños fuésemos los mandamases en España, otro gallo nos cantaría. Íbamos a vivir en un país chanantísimo y diferente al resto, eso os lo aseguramos al cien por cien.

Por supuesto, la figura de Presidente del Gobierno recaería en el aquel de los tres que tiene más idea que el resto de esto de la política, aquel que tiene más facilidad para plantarse delante de un grupo de gente y soltar unas cuantas milongas para meterse en el bolsillo al Pueblo, aquel cuyas opiniones y declaraciones en el blog son el mayor ejemplo de controversia que existe, aquel que siempre genera polémica... ¡Escofil!

Escofil lleva la queja en la sangre, es parte de su alma, así que, como se queja tanto, de todo y por todo, acabará de Presidente, ahí echándole la mano a Sarkozy y pidiéndole el Tuenti a la mujer del francés. Como os podéis imaginar, con un tío tan polémico como él de Presidente, las relaciones con el exterior iban a ser un auténtico despropósito. No quiero ni pensar la que puede liar cuando se vaya a la ONU ahí con Bono el de U2 a un lado y Kofi Annan, al otro. Cuando llegue el momento de "ruegos y preguntas", que está todo el mundo ya deseandico de levantarse e irse después de discutir hasta la últimpa peseta euro dólar que se maneje en los asuntos que se traten ahí, se levante Escofil y diga que está muy preocupado por Las Tablas de Daimiel, que si hay que echarles agua y todo el lío. La política internacional no iba a ser nuestro fuerte, pero un país con personalidad sí que íbamos a ser.

Además de llevar todo el tema de la Presidencia del Gobierno y las relaciones internacionales, Escofil, que ya es maestro, también se encargará de hacer una reforma de la educación bien hecha y no como la bacalá que tenemos ahora. Eso sí, consultando con Sánchez y conmigo, porque para eso vamos a ser tres y, todo sea dicho de paso, la mayoría de los votos los va a conseguir Sánchez mediante sus impresionantes poderes de predicción, al chivarnos qué es lo que tenemos que decirles a los votantes para que nos manden derechicos a mandar. Por ejemplo, la asignatura de Educación Física, pues nos la cargaríamos, porque eso no enseña nada, y la convertiríamos en Fúbol, que es lo que le interesa a la gente. ¡No más niños que no sepan lo que es un fuera de juego y cuándo se saca tarjeta amarilla cuando es mano! ¡No más niños que prefieran ver Gran Hermano antes que el Atlético de Madrid - Recreativo de Huelva de Copa el pasado mes de enero! (esto me llegó al corazón, mis compañeros de piso son gente sin conocimiento).

En Lengua y Literatura, añadiríamos la obra Dragon Ball como lectura obligada, junto con comentario de texto para que los chicos nos cuenten sus impresiones. Y, en vez de dar a elegir una clase de religión de cualquier tipo o una tontería de alternativa, crearíamos una asignatura que se llamase Bar, y sería obligatoria desde los 3 años hasta los 18, y la impartirían camareros de tabernas o baretos jebis. Así aprenderían a jugar al futbolín, a cuántas jarras de cerveza (y sus respectivos pinchos) hay que tomarse, a jugar a la diana, al billar, al mus, al tute, a discutir a voces sobre el partido del domingo, sobre si está más buena la nuera o la hija del camarero, los diversos tipos de café, cubatas, puros, cigarros... Lo imprescindible, vaya.

En el Ministerio del Interior viviría Sánchez, que también se encargaría del de Sanidad, del de Defensa y del de Nuevas Tecnologías, y todas esas bacalás que tienen que ver con el desarrollo de máquinas, cacharros y demás. Sánchez es un hombre parco en palabras pero que todo lo que dice va a misa, así que no van a tontear los de las comunidades autónomas mucho con él, por ejemplo, hará una selección de las enfermeras más buenorras y les vamos a mandar un uniforme con minifalda y escotazo para que trabajen más guapas. Además, lo que la gente no sabe es que Sánchez es el tapado de las partidas de Age of Empires II, y es mejor conquistador que Escofil, por lo que en el Ministerio de Defensa haría un papelón que no os lo imagináis.Es como si lo estuviera o estuviese viendo, con Sánchez ahí plantado delante de todas las tropas diciéndole a los sargentos, coroneles o quien mande en ese momento si tienen que crear tanques, unidades de infantería, aviones o lo que sea, y todo el rato nos estarían llamando al teléfono rojo de las emergencias los yankis para preguntarnos acerca de las estrategias a seguir. Evidentemente, en el teléfono rojo de las emergencias, tendríamos enchufado a algún amiguete que supiera idiomas para que les diera coba y pagasen un pastón de la llamada. Eso sí, en cuanto Sánchez inventara la máquina del teletransporte instantáneo como las de las naves de Star Trek, los íbamos a tener a todos acojonados temiendo que se presentasen las tropas españolas en cualquier momento. Por lo pronto, habría que ir pensando qué nombre le pondríamos a la Luna, que la íbamos a conquistar, y Marte, a lo mejor también. Seguramente Daimiel II o Daimiel Norte, o algo así.

A mí me iban a quedar algunas cosas interesantes. Por ejemplo, el Ministerio de Deporte iba a existir y ahí estaría yo. Lo primero que haría, sería echara Villar del cargo de Presidente de la Federación Española de Fútbol haciendo alguna trampa. Como Ministro del Deporte iba a tener entradas gratis para los acontecimientos deportivos más relevantes. Además, iba a tener mano en TVE, así que la tele pública consistiría en películas, deporte y series ochenteras o de dibujos animados. Por supuesto, nos gastaríamos los cuartos en comprar los derechos del Seis Naciones, de la NBA, NHL, NFL, la Champions League, la Liga, la Copa... ¡Hay que tener informado al Pueblo!

También tendríamos que separar el Ministerio de Educación del de Cultura. El de Educación lo manejaría Escofil, que eso ya lo hemos explicado, pero el de Cultura me lo quedaría yo y eso sí que iba a ser un no parar. Lo primero de todo iba a ser quitar del panorama una cosa que dicen que es "cultura" pero todos sabemso que es crueldad animal, así que acabaría con la fiesta nacional de los toros en un instante. A Los Hombres de Dramón les iba a dar una patada en el ojete y se acabarían tantas tonterías de los cánones y de paparruchas de esas. ¿Queréis música? Pues organizaríamos todos los años el Strange Festival, en el que tocarían todos nuestros colegas y amiguetes -aprendiendo- y traeríamos a grupos de verdad como Metallica o Motörhead. Anda que no íbamos a tener instalaciones para montar todo eso, así que organizaríamos giras por el país visitando las ciudades más importantes: Madrid, Barcelona, Daimiel, Bilbao, Valencia, Sevilla, Zaragoza, La Coruña, Olías del Rey, Valladolid, Tenerife, Mallorca o Cinco Casas.

En cuanto a las infraestructuras, pues no pasaríamos de pintar todas las carreteras de verde pistacho, para que quedasen más chulas, y ampliaríamos el tope de velocidad en autovía de 120 km/h hasta 140 km/h, como mínimo, pero habría que estudiarlo. Además, pondríamos un mínimo de velocidad en algunas ciudades para aquellos que van pisando huevos, que no hacen más que estorbar. Y las bicis, a tomar por saco, si no van por un carril bici, que vayan andando por la acera. Y nos vamos a inventar señales nuevas, como una que va a ser que en zonas residenciales no se puede tocar el pito de los coches en la hora de la siesta (establecida por cada alcalde según las costumbres de sus ciudadanos). El que arme escándalo en verano cuando estás echado a la siesta, multazo. Hombre.

Iba a ser un país interesante, cuanto menos. ¡Votadnos!