Claro que sí, hoy toca post ombliguista, hoy toca hacer la crónica del último partido de los Chicharritos.info en la temporada 2008/09, la temporada en la que todos coincidimos que hemos desplegado mejor juego y en la que hemos tenido peor suerte. Eliminados llegamos a la última jornada, y jugábamos contra otros que estaban igual (y que, por cierto, tenían menos imaginación para el nombre que Víctor Mutenroshi cuando se tiempla mezclando un jueves por la noche). Ellos no se presentaron (panda de cobardes), así que echamos lo que comúnmente se conoce como ¡una pachanguilla!
Lo de "pachanguilla" es por llamarlo de alguna manera porque, si algo me ha enseñado muchos años jugando contra el Señor Sánchez al Heroclix es que no me gusta perder ni a las canicas, así que era menester que, vale, una pachanga en la que los rivales eran de mi equipo (bueno, menos dos), pero eran rivales al fin y al cabo (y, por lo tanto, susceptibles de ser arrevolcados, pisoteados, pataleados, golpeados, empujados, despreciados y todas aquellas lindeces que se le puedan ocurrir a un defensa cuya cabeza consta entre las 10 más trastornadas de al oreste del Río Pecos), así que había que ganar ¡y yo esta temporada quería tener la sensación de haber ganado algún partidillo, aunque fuera o fuese!
Los equipos de hombrecillos se dividieron de la forma más coherente posible. Por un lado tenemos el equipo al que le gustan más los culos (denominado como "Equipo de Culos") y el equipo al que le gustan más las tetas (adoptando el nombre de "Equipo de Tetas").
Por los Culos jugaron: El Espíritu y Matas juntos en una misma persona (¡O Espíritu!); O Rei Serginho, el monarca das camisinhas y mejor bailarín que tú, querido lector extraño; Miguelón el corretón, el cual presumía de su último récord en el medio maratón del pueblo de Valdepeñas; Pedro la Guapa, el capricho de todas las mujeres en edad de merecer (y de mojar sus bragas); José Carlos Rodríguez del Salado Rincón Butragueño de Olías del Rey, el hombre con más apellidos de Castilla-La Mancha; y Víctor Mutenroshi, el entrerrador del equipo que jugó con pantalones vaqueros porque es el polígano y los del polígano no entienden de ropa deportiva.
En las Tetas tuvimos: Sevilla-Atlético, que se puso a jugar como un jugador de campo más olvidando su rol de portero ahora que no había puntos en juego; Ismael Serrano, cantautor y futbolista a la par que sencillo y juvenil; Judas, conocido por haber traicionado a Superman, al Capitán América o a alguien que tenía superpodereso o algo así; el Capi, que jugó como Faubert (mal no, de extremo derecho, qué rápidamente pensáis mal); Desconocido #1, uno de blanco que vistió de portero y que nos lo encontramos pidiendo limosnas en la entrada del Manolete Stadium; y Desconocido #2, otro que buscaba droga y que iba de azul oscuro y que jugaba de defensa indeterminado.
El partido estuvo cargado de tensión, porque los Chicharritos.info no sabemos lo que es la mesura (esto es cierto, tuvimos que buscarlo en el diccionario), no sabemos lo que son los partidos amistoso, no conocemos a los rivales y, sobre todo, no sabemos jugar partidos normales. Además, nos jugábamos algo más que el honor, nos jugábamos nuestras propias convicciones, nos jugábamos lo máximo: qué era mejor, las tetas o los culos. ¿Quién ganó? Ganaron los Culos en un apretado resultado de 5-4.
El Presi estuvo en el palco, también Alicia la Corrupta, la Presidenta de Peñas que revalidará su título ya que se ha ganado a base de bien dos de los poderes factos del entorno del club, a la Junta Electoral (presidida por José Carlos) y a la Prensa (representada por Cabronos Extraños, evidentemente). Hubo sorpresas, como los nombre de los goleadores, pero no dejó de ser curioso ver a ese Víctor Mutenroshi, con un porte que nos recordaba a un Guardiola cuando era un yogurín pero que jugaba como Roberto Sedinho el día que se pimpló tres botellas de Jack Daniel´s para desayunar. Tampoco pudimos dejar de sorprendernos de ese Sevilla-Atlético que sabía gambetear, con lo que podemos fichar a otro portero y que él salga y juegue como él sabe. Ni a ese Judas sintiéndose ofendido por enésima vez por un hombrecillo con el pelo largo y ojos claros (yo estoy cagado, la última vez me dicen que el tipo acabó clavado en una cruz).
"Partido de goles, partido de amores" o eso dicen. En el equipo derrotado, las Tetas, marcaron Judas y Sevilla-Atlético un golito cada uno (Del Nido está que rabia cada vez que lee en Cabronos Extraños que el jugador que ha dejado escapar se sale en un partido con la zamarra escarlata), y el Capi marcó dos (y otro en evidentísimo fuera de juego, cinco metros por lo menos, lo cual en el Nou Camp no se hubiese señalado, y si es Iturralde amonesta al defensa que no lo marcaba... por no hacerlo). Los dos goels del Capi Emiliaco evidencian lo comprometido que estaba por la causa de las Tetas, lástima -para él- que no fuera suficiente.
Para los Culos, marcó O Espíritu Matas (como debe ser, un gol perfecto a la contra, lanzada por O Rei Serginho... ¡llamémosle "The O Conecction"). Marcaron Pedro la Guapa y Víctor Mutenroshi (fogonazos de Adebayor y Weah celebrando goles que se me vienen a la cabeza cuando recuerdo al entrerrador empujando el balón al fondo de la red). ¡Pero metió un par de chicharros el defensa puro -y duro- Miguelón! El primero de todos, el que desvirgó el marcador (eso se me da bien, nenas), al más puro estilo de Contra frente al Bayern Munich, trincando el balón en el campo de los Culos y marchándose por velocidad, seguridad y casta de Judas, el Capi y Sevilla-Atlético, recortando al Desconocido #2 y batiendo al Desconocido #1 entre las piernas tras el cantazo de éste. No es por sacar pecho, pero fue el gol más bonito de la mañana. ¡Ah!, y el otro fue llegando desde atrás (modus operandi propio de un servidor). Yo, como el Capi, estaba muy motivado por las convicciones y connotaciones de jutar en el equipo Culos. Y eso: 5-4.
El año que viene, ¡quiero más! Nos merecemos un título, como mínimo.
Ah, y nos informan en el parte médico que José Carlos se ha recuperado de su último achaque y está fuera de peligro desués de su repentina retirada del terreno de juego tras un leve dolor en una parte indeterminada de su cuerpazo de 176'369 libras de peso.
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