Título en EEUU: X-Men: Legacy Annual nº1
Formato: Comic-Book, 40 páginas
Precio: 2.90 €
Editorial: Panini Cómics
Reseña:
Una vez han acabado los cruces con Utopía, toca publicar en nuestro país el anual de la colección en el que veremos qué papel pretende Cíclope que ocupe Pícara en la Patrulla-X, así como los primeros problemas que sufren los mutantes en su nueva base en el antiguo Asteroide M.
Ya sabemos todos cómo son los anuales que se publican en la actualidad. Ya no se tratan de historias autoconclusivas aparte de las líneas argumentales centrales, sino de un adelanto de una nueva etapa para la colección. Mike Carey ha venido preparando a los lectores para que se acostumbren a tener como protagonista de la cabecera a Pícara en vez de a Charles Xavier. La verdad es que no me ha quedado buen sabor de boca con el trabajo cnetrado en el Profesor X, esperemos ahora a ver qué se saca de la manga Carey para mostrarnos a una Pícara liderando a los más jóvenes mutantes de la Patrulla-X. Si nos centramos únicamente en el cómic, me ha parecido muy flojo, en la línea de toda la etapa de Carey al frente de esta serie. Por un lado, recupera a Émplaca, un villano noventero devorador de mutantes; y por el otro, intentan no separarse demasiado de la situación actual de los mutantes más importantes del equipo.
Como principal novedad, tenemos al dibujante español Daniel Acuña en los lápices. He de reconocer que el arte de Acuña no se encuentra entre mis estilos predilectos, precisamente. A medio camino entre la simple misión de "ilustrar" lo que está sucediendo y narrar, a partes iguales. En mi opinión, no estamos ante uno de los mejores momentos de X-Men: Legado.
4/10
(Regulero)
Título en España: Los Poderosos Vengadores #29
Título en EEUU: The Mighty Avengers nº29
Formato: Comic-Book, 24 páginas
Precio: 1.95 €
Editorial: Panini Cómics
Reseña:
Tercera parte de El Innombrable, el arco argumental en el que Dan Slott -en compañía de Christos N. Gage- se dedica a trabajar con varios frentes abiertos en torno a los Vengadores que tiene a su disposición.
Mientras que Mercurio y el USAgente, acompañados de los superhéroes chinos, se enfrentna al antiguo rey de los Inhumanos y pasan grandes apuros, Loki, fingiendo ser la Bruja Escarlata, ha atacado a los Jóvenes Vengadores y a Ronin en la Mansión Infinita. Una trama compleja con muchas cosas sucediendo al mismo tiempo, lo que no significa que se entorpezca la comprensión de lo ocurrido. Slott se ha sabido mantener al margen de lo que está ocurriendo en el resto de series de Vengadores (incluso aunque utiliza como principal villano de la colección a Loki) y va jugando sus cartas poco a poco componiendo una serie que es más una fusión de un estilo clásico y retro con las nuevas armas de Marvel en la actualidad. Por ejemplo, la formación de los Poderosos Vengadores es inédita y muy actual, pero sigue siendo un constante guiño a las décadas de los sesenta y setenta. Por otro lado, casi todos los editores y guionistas de La Casa de las Ideas parecen decididos a mostrarnos infinidad de trapos sucios conciernientes a la historia de la raza de los Inhumanos.
A los lápices, continúa Khoi Pham, un dibujante que no me acaba de convencer del todo. La exageración y "suciedad" con la que nos muestra a los personajes contrasta con la ausencia casi total de fondos en sus viñetas. Es incómodo leer un cómic así, y desvirtúa una historia que podría encandilar a los lectores más veteranos o, al menos, alcanzar una cota más alta.
7/10
(Chanante)
Título en España: Patrulla-X #54
Título en EEUU: Dark X-Men: The Confession & Uncanny X-Men nº515
Formato: Comic-Book, 48 páginas
Precio: 3.25 €
Editorial: Panini Cómics
Reseña:
Número doble el que toca esta vez de Patrulla-X. Por un lado, tenemos La Confesión, una historia autoconclusiva en la que, después de mucho tiempo parece que hay un poco de sinceridad entre Emma Frost y Scott Summers. Por el otro, el número 515 de la serie regular en el que se produce el pistoletazo de salida del próximo arco argumental, Nación X.
Lo cierto es que estoy un poco desencantado con los mutantes actuales. Mientras que los diversos grupos de Vengadores copan toda la atención marvelita en ellos, las diferentes facciones de la Patrulla-X se han quedado estancadas en un preocupante pozo de nivel creativo del que no creo que Nación X ayude a sacarlas. Yendo por partes, La Confesión no es más que una serie de flashbacks escritos por Craig Kyle y Christ Yost en los que se alternan recuerdos de Cíclope y de Emma Frost y que cumplen la función de que ambos líderes mutantes conozcan los entresijos del otro. No está mal, aunque es el enésimo amago de crisis en la pareja que se solventa sin mucha complejidad. Por otro lado, el inicio de Nación X, a cargo de Matt Fraction, como ya es común en esta cabecera, no parece prometer mucho. Ha llegado el momento de que Cíclope decida qué es realmente su islote cerca de las costas de San Francisco mientras todos los mutantes refugiados en él aprenden a convivir entre ellos a la vez que Fracton nos presenta algunas de las nuevas amenazas que tendrán que combatir en un futuro cercano. De todos los "vuelta a comenzar" de los mutantes, éste es el que menos interés me despierta, y no difiere mucho de lo anterior, pero creo que los autores no están sabiendo llegar al lector. Al menos, es la impresión que me da.
En cuanto a los dibujos, dos dibujantes para cada número USA, al igual que con los guionistas. El primero es Bing Cansino, artista de curioso nombre e inquietante apellido que me es un auténtico desconocido. Cansino es un dibujante correcto, sin un trabajo especialmente difícil en las 22 páginas que le tocan y que hace uso de las sombras para darle un poco de profundidad a sus viñetas. El segundo no es otro que el infame Greg Land, ese dibujante/ilustrador que copia las caras de sus personajes femeninos de revistas de dudoso contenido y cuya narración carece absolutamente de ritmo.
4/10
Formato: Comic-Book, 48 páginas
Precio: 3.25 €
Editorial: Panini Cómics
Reseña:
Número doble el que toca esta vez de Patrulla-X. Por un lado, tenemos La Confesión, una historia autoconclusiva en la que, después de mucho tiempo parece que hay un poco de sinceridad entre Emma Frost y Scott Summers. Por el otro, el número 515 de la serie regular en el que se produce el pistoletazo de salida del próximo arco argumental, Nación X.
Lo cierto es que estoy un poco desencantado con los mutantes actuales. Mientras que los diversos grupos de Vengadores copan toda la atención marvelita en ellos, las diferentes facciones de la Patrulla-X se han quedado estancadas en un preocupante pozo de nivel creativo del que no creo que Nación X ayude a sacarlas. Yendo por partes, La Confesión no es más que una serie de flashbacks escritos por Craig Kyle y Christ Yost en los que se alternan recuerdos de Cíclope y de Emma Frost y que cumplen la función de que ambos líderes mutantes conozcan los entresijos del otro. No está mal, aunque es el enésimo amago de crisis en la pareja que se solventa sin mucha complejidad. Por otro lado, el inicio de Nación X, a cargo de Matt Fraction, como ya es común en esta cabecera, no parece prometer mucho. Ha llegado el momento de que Cíclope decida qué es realmente su islote cerca de las costas de San Francisco mientras todos los mutantes refugiados en él aprenden a convivir entre ellos a la vez que Fracton nos presenta algunas de las nuevas amenazas que tendrán que combatir en un futuro cercano. De todos los "vuelta a comenzar" de los mutantes, éste es el que menos interés me despierta, y no difiere mucho de lo anterior, pero creo que los autores no están sabiendo llegar al lector. Al menos, es la impresión que me da.
En cuanto a los dibujos, dos dibujantes para cada número USA, al igual que con los guionistas. El primero es Bing Cansino, artista de curioso nombre e inquietante apellido que me es un auténtico desconocido. Cansino es un dibujante correcto, sin un trabajo especialmente difícil en las 22 páginas que le tocan y que hace uso de las sombras para darle un poco de profundidad a sus viñetas. El segundo no es otro que el infame Greg Land, ese dibujante/ilustrador que copia las caras de sus personajes femeninos de revistas de dudoso contenido y cuya narración carece absolutamente de ritmo.
4/10
(Regulero)
Título en España: Capitán América #56
Título en EEUU: Captain America Theater of War: Operation Zero Point
Formato: Comic-Book, 40 páginas
Precio: 2.90 €
Editorial: Panini Cómics
Reseña:
Otro tie-in que nos cuelan en Panini para la serie regular del Capitán América. Eso sí, por lo menos tienen una calidad aceptable (sobre todo el de este número), y no molestan en absoluto al lector con historias que no vienen a cuento ni tienen un mínimo de calidad exigible.
Lo guionistas encargados de estas 40 páginas son padre e hijo, Charles y Daniel Knauf, los mismo que ya firmaron una etapa bastante buena con Iron Man, y que ahora nos mandan al pasado, en plena Segunda Guerra Mundial, donde el Capi debe hacer una incursión en territorio nazi para rescatar a un científico que ha decidido pasarse al bando americano. El motivo no es otro que la creación de una especie de platillos volantes que pueden ser utilizados con fines militares. Como vemos, una historia que bien se podría haber escrito en los años cuarenta, pero con toques actuales que la colocan como una buena lectura. Como no podía ser de otra manera, el Capitán América se deberá enfrentar a un rival tan poderoso como él que está al mando de los nazis de la zona. Una historia autoconclusiva sobre un Capitán América que sí mata alemanes y que, aun así, sigue siendo nuestro Steve Rogers de toda la vida. Verlo moverse tras las líneas enemigas fastidiando a los alemanes es lo mejor del cómic, platillos aparte.
En la mesa de dibujo está Mitch Breitweiser, un artista que ya he visto en su paso por El Inmortal Puño de Hierro y que tiene un estilo muy realista, poco comiquero en el sentido de que no se inclina hacia la espectacularidad de sus viñetas, sino a la narración. Me gusta.
8/10
(Espectacular)
2 comentarios:
De todos esos tebeos sólo me gustó el del capi, el resto....
Poderosos vengadores la dejé hace muchos números y los mutantes ¿Podrían ser más aburridos? ¿Qué le ha pasado a Acuña? ¿No dibujaba bien antes?
Sí, sí, recuerdo la época en la que Acuña era un referente a la hora de comprarse un cómic porque hacía un magnífico trabajo.
La evolución ha hecho que vaya a peor, y lo malo es que ha sido de una forma paulatina, es decir, que sigue su propio progreso como artista. :(
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