Con un extremo y la pareja de medio centros, ya era hora de que empezáramos y empezásemos a pensar en el delantero centro del equipo. La aunténtica estrella, el que mete los goles. El puesto de delantero es aquel en el que se fijan todas las miradas cuando el equipo no es capaz de meter el gol, el que no rasca bola cuando el equipo está mal y no le llega el balón y la camiseta que más se vende porque todos los niños quieren llevar el 9 a la espalda.
Por eso, vamos a poner al Peoples Champ, The Rock.
Los que sabemos de esto de fútbol, también sabemos que el delantero centro de un equipo tiene que tener cuerpo para meterse en el área pequeña y hacerse hueco entre todos los defensas, ya sea con los codos, a empujones, o de cualquier manera, mientras no te vea el árbitro, todo está permitido. Así, cuando el tipo de la banda centre, el balón le llega al delantero y hala, pájaro que vuela, a la cazuela, chicharrito al canto. Mirad al bueno de Dwayne Johnson, más conocido entre el fandom wrestliniano como The Rock. Cuerpo, lo que se dice cuerpo, no le falta al muchacho.
Vamos a ponernos en situación, que van a colgar un saque de esquina y ahí aparece The Rock para rematarlo, ¿va a saltar el Javi Navarro de turno con los codos despegados del cuerpo evitando que The Rock marque gol? Pues a lo mejor sí, pero, ¿se va a quedar el ex Rey Escorpión quieto mientras le saca el codo un simple humano? Eso sí que no. People's Elbow a pasear y punto. Otra cosa no, pero repertorio de marrullerías, The Rock tiene unas cuantas, porque es lo bueno de haber sido el babyface de una empresa como WWF y, luego, dar un turn heel y volverse malote, tramposo y gatuno, que aprendes de los mejores. Pues eso le ha pasado a The Rock, que los goles de Agüero y Messi con la mano se van a quedar en pañales por cómo los va a meter él.
A The Rock lo quieren todos los públicos. Es lo que tiene contar con un jugador que ha protagonizado una película en la que sale disfrazado de Hada de los Dientes (para el que no lo sepa, eso es como un Ratoncito Pérez pero en plan yanki y con tutú, vamos, una bacalá infame). Y también lo quieren los viejunos, porque se acuerdan de cuando estaba en ECW y en WWF, y piensan "éste es un tipo duro-duro, un hombre-hombre, y va a meter más goles que Van Nistelrooy con Capello". Y así será, porque a ver cómo evitas que un tío de dos metros, harto de levantar bicharracos como Big Show no te meta un gol. Lo de que los defensas se cuelguen del delantero en los saques de esquina y pidan penalti se va a acabar. Sí, se seguirán colgando, pero The Rock va a saltar incluso con ellos colgándole del cuello. ¡Muérete de envidia, Zigic!
También hay que tener en cuenta una cosa, y es que a la afición le gusta cantar. Y cada vez que salga The Rock al campo iba a ser un auténtico espectáculo escuchar cómo grita todo el mundo eso de "If you smell what The Rock is cooking...". Si Juan Antonio Alcalá flipaba en colores con el You never walk alone de Liverpool, cuando escuche a 18.000 daimieleños animando a Rocky diciendo eso, se le van a caer las lágrimas igual que si Clemente gana una Champions (pero de alegría, no de pena). Ya me lo imagino a The Rock, al lado de uno de los banderines de las esquinas del campo con el brazo levantado saludando a todo el mundo, embutido en su camiseta escarlata mientras luce esa deslumbrante sonrisa. ¡Marketing puro, hombrecillos extraños!
¿Y lo bien que iba a quedar el número 9 con "T H E R O C K" serigrafiado encima? Vamos a agotar tiradas en cada partido que juguemos en casa. Y en el descanso, que se traiga unas cuantas Divas o unas cuantas chavalas de las que conoce de Hollywood y que nos den un pase para animar al público al más puro estilo cheerleaders. ¡Bien!
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