Título en USA: Age of X Alpha, X-Men Legacy: Age of X nº245-249, New Mutants: Age of X nº22-24
Formato: Comic-book, grapa, color, 5 números, 40 páginas el primer y último capítulo, y 48 páginas el segundo, tercero y cuarto.
Precio: 2'90 € el primer y último capítulo, 3'25 € el segundo, tercero y cuarto.
Editorial: Panini
Reseña:
En los años noventa, una de las sagas más recordadas por los fans de los cómics de los mutantes de aquella época es la de La Era de Apocalipsis. En los últimos años, en La Casa de las Ideas se ha tratado de recuperar aquel mundo paralelo de una forma u otra, ya fuera mediante especiales publicados dentro o fuera de las series principales, o con visitas inesperadas de algunos héroes a aquella realidad, como ocurrió con Los Exiliados.
Sin embargo, era solo cuestión de tiempo que en Marvel algún autor decidiera que la segunda década del actual siglo tuviera su propia Era de Apocalipsis, y eso precisamente es lo que Mike Carey pretendió cuando se sacó de la chistera La Era de X. Una saga que duró cinco meses, y que se publicó dos veces por mes copando las cabeceras de X-Men Legacy y New Mutants. Ahora bien, las diferencias entre La Era de Apocalipsis y La Era de X son notorias. Si bien la primera implicó a todas las series de la franquicia mutante, hasta tal punto que muchas de ellas cambiaron su nombre para adaptarse al nuevo universo, en esta segunda, no ha hecho falta tanto esfuerzo. Para seguir la historia de La Era de Apocalipsis se nos exigía el comprar un número ingente de tebeos de varias colecciones, pero para La Era de X, simplemente hay que hacerse con los números de las dos cabeceras antes nombradas.
En la edición española es más sencillo aún. El one-shot que hace las veces de prólogo, y en la que se nos dan unas pinceladas sobre lo que ocurrió antes de los hechos que se narran en los siguientes capítulos (Age of X: Alpha), se publica íntegramente en el X-Men Legado #69, y el resto de capítulos, perfectamente ordenados, desde el 70 de la misma colección hasta el 73, el cual contiene los dos números de X-Men Legacy en los que se ofrecen las conclusiones de la saga bajo el título de Age of X: Aftermatch.
Como decía, Mike Carey es el gran artífice de esta saga mutante, siendo el único guionista al mando de la historia, marcando las líneas de desarrollo tanto de los sucesos, como de los propios personajes. Eso sí, según si el capítulo es de la serie X-Men Legacy o de New Mutants, tendremos a un dibujante (Clay Mann) u otro (Steve Kurth), aunque lo cierto es que no recordaremos La Era de X como un espectáculo visual a la altura de otras grandes sagas de Marvel. En este aspecto, la editorial no ha cuidado demasiado el producto, y ha permitido que una saga que se presta a varias reediciones y que estoy seguro que ha dado para más de un debate dentro de los aficionados americanos, recaiga en los lápices de dos artistas cuyas carencias son evidentes desde la primera viñeta. Kurth lo puede disimular un poco más, pero Clay Mann no varía un ápice en su estilo, siendo este un narrador un tanto caótico.
La historia, como no podía ser de otro modo, trata de un mundo postapocalíptico, como viene siendo habitual en la historia de las realidades alternativas de los mutantes. En él, los humanos se han lanzado contra los mutantes, acabando con todos y cada uno de ellos, obligando a Magneto a crear una fortaleza aislada del resto del mundo mediante campos telekinéticos levantados por los mutantes cuyos poderes son capaces de hacer eso exactamente, donde se refugiarán los pocos portadores del gen X que aún siguen con vida.
Carey acierta de lleno al hacer que sea una historia en la que ciertos personajes logren mayor importancia que otros. La mayor protagonista es Pícara, la cual es llamada Legado en este mundo, y la cual será la primera en dudar sobre si la realidad en la que viven es cierta o hay gato encerrado. Junto a ella, Magneto o Gambito no varían mucho los roles que estamos acostumbrados a verles (aunque Magneto se muestra como un benévolo dictador y general), pero no es así con otros. Lobezno teme utilizar sus poderes por miedo a una muerte prematura debido al adamántium de sus huesos y a la debilidad se su poder de autorcuración; Cíclope se hace llamar Basilisco, y era utilizado por los humanos para asesinar a los mutantes condenados a pena de muerte; Frenesí se llama Freno, y es uno de los mejores guerreros con los que cuentan los mutantes; y X es una especie de personalidad informática que ayuda a la gestión de la fortaleza en la que viven.
Durante mil días, cada mañana, los mutantes deben esperar a que las fuerzas de los humanos intenten atacar la fortaleza en la que viven. Pero, por supuesto, algo funciona mal, y eso hará que las dudas asalten a muchos de los personajes nombrados anteriormente, que se pondrán a investigar acerca de lo sucedido. El final de la saga es la explicación del origen de esta y, si bien se podría haber anticipado, no deja de ser una lectura ciertamente interesante. Además, en el capítulo de las secuelas, e dejan abiertas algunas de las tramas que se explotarán en el futuro dentro de las series mutantes.
En definitiva, estamos ante el mejor trabajo de Mike Carey desde que es el máximo responsable de X-Men Legacy, lo cual no era algo complicado, pero sí destacable. Me ha gustado mucho, y recomiendo que todo aquel que actualmente no esté leyendo esta cabecera, se acerque a estos cinco números porque la historia, dentro del contexto mutante es muy recomendable.
8/10
(Espectacular)
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