Estamos ante una de las mejores series juveniles que jamás se hayan hecho, Parker Lewis nunca pierde es una serie noventera con estética ochentera, lo que la hace casi perfecta. Es cierto que si te la ves en la actualidad y eres un jovenzuelo que no tiene ni idea de aquella época (en Cabronos Extraños siempre hemos sido muy de interesarnos por lo viejuno, imaginaos hasta qué punto que la mayoría de nuestros discos de música preferidos son los que salieron entre 1980 y 1995), la serie no le guste. Pero no es que no la entienda, es que las series que se hacen ahora (como el mierdolo de Hannah Montana, de la que nos pronunciaremos cuando cumpla la mayoría de edad), son una bacalá comparadas con las viejas.
El caso es que Parker Lewis es el tío popular y molón del instituto, pero sin ser parte de la élite, vamos, una especie de Bart Simpson, pero en un instituto, en vez de en el colegio, acompañado de dos escuderos, en vez de del pringao de Milhouse solamente, y con lanzamientos de telarañas entre medias. Lo que, popularmente es conocido como meter ficha, pues eso. Cada capítulo trataba sobre alguna trastada que se le ocurriera al bueno de Parker Lewis, y casi siempre acababa cabreando a la Señorita Musso (la subdirectora del instituto), al director o a los dos. ¿Qué tendrán los subdirectores en los institutos yanquis que en la serie de dibujos animados de Doug también era uno de ellos el malo de la película?
Parker Lewis era un tío con estilo, iba por ahí repeinado, con una sonrisa de oreja a oreja, haciendo lo que le venía en gana y luciendo unas camisas con estampados bien llamativos, ya podían ser esa especie de amebas que le ponían a las camisas de la época; la imposible combinación de lunares, líneas y cuadrados de colores, a priori, aleatoriamente elegidos para la ocasión; o esos rombos que se enlazaban en la dimensión infinita (sí, hay que hacer este tipo de alusiones como si de un tebeo de la Patrulla-X se tratara o tratase cuando hablamos de cosas relacionadas con la ciencia ficción y los noventa). Y lo de que nunca perdía, era casi cierto, ya podía meterse su hermana por medio (una enana arpía que se dedicaba a joderle la vida al pobre Parker), que él siempre sabía salirse con la suya. Sin duda alguna, los mejores capítulos eran en los que se le ocurría un plan descabellado y él y sus amigos se dedicaban a ayudar a alguien para que tener contenta a esa otra persona les reportara algún beneficio. Visión empresarial, oiga.Los dos mejores amigos de Parker Lewis eran Mikey Randall y Jerry Steiner, dos caras completamente diferentes de la moneda pero, a su vez, los complementos perfectos para el bueno de Parker. He de conesar que de pequeño yo quería ser como Mikey (bueno, y como el tío rockero de Padres forzosos, el que teocaba la batería), que era el rockero chuleta del grupo, el pasota, el típico cuyo apelativo perfecto era el de "el colega". Si no se tratase de una serie de instituto y sí de universidades, seguro que estaría todo el día con un cigarro (a veces con un cigarrito de la risa de esos que les gustan tanto a algunos). Porque la imagen y el respeto lo son todo.
Justo lo contrario que con Jerry Steiner, que tenía una gabardina que parecía el bolsillo mágico de Doraemon, pero apañada con velcro. Os juro que yo he probado a utilizar velcro en mi ropa para llevar cosas en mi abrigo, y no se tenían igual. Jerry siempre tenía lo necesario para llevar a cabo el plan. En la actualidad, llevaría un iPad... bueno, no, porque a ver dónde le iba a enchufar el USB de la Guerra de las Galaxias que le hubiesen regalado sus amigos para su cumpleaños. Era el empollón, pero tenía cierta bula, porque, aunque era de un curso inferior al de Parker y Mikey, se juntaba con ellos, y eso, quieras que no, te da cierta seguridad de cara al resto de personajes que pululan por un instituto.
Luego, estaban el resto, los secundarios que solían provocar las historias que le ocurrían a Parker. Ya nombrada la Señorita Musso, que era la némesis de los protagonistas, y la hermana maligna de Parker (una Musso en miniatura), sólo nos quedan tres personajes más: el bruto, el chivato y la chavala.
Empezamos por el bruto, un tal Larry Kubiac, que era un armario de tres por tres (por lo menos), tonto como él solo y un hambrón como pocos. Si lo hubiésemos mirado a través de uno de los visores de los saiyanos, habríamos visto cómo Kubiac era más poderoso que Ten Shin Han, pero que al ser tan ceporro y sólo sentirse motivado por alguna chica de vez en cuando y, sobre todo, por todo aquel que se atrevía a tocarle su comida, no era más que un elemento más dentro de los planes de Parker Lewis. Luego, estaba Frank Lemmer, que era el chivato de turno, un tipo con coleta (puf, ya veis, un tío con coleta), que perdía el culo por la Señorita Musso. Por lo menos era una mujer (que daba mucho miedo y mucha grima), pero seguramente, Frank acabaría comprándose unas rodilleras para hacer con ellas lo que todos estamos pensando. No, no es montar en bicicleta, copón.
Luego está la figura por defecto de "la chica", que solía ser una estudiante que se le atravesaba entre ceja y ceja a Parker Lewis (o a alguno de sus dos amigos) y en torno a la cual iba el capítulo. Se trataba de hacer que la chica se fijase en quien a los tres chicos les interesara e interesase y se la acabasen beneficiando. De más está decir que todas estaban buenas (sobre todo las de Mikey y Parker), y tenían un alto índice de acierto.
Ojo al dato. ¿Sabíais que Milla Jovovich salió de muy joven en la serie? He aquí el tubo que lo demuestra:
5 comentarios:
Hace unos años la echaron en La 1, no sé si aún se llamaba Club Disney aquel contenedor, pero son las últimas noticias que tengo de esta serie emitiéndose en televisión.
Enorme serie, si señor!!
Es verdad, ahce no mucho la vi por algún canal de cable, nos e cual
Y como progresó Larry Kubiak; de ceporro del instituto pero en el fondo bonachón), a administrativo en Urgencias
Ah, y he estado investigando, y la verdad es que no es muy complicado encontrar la serie para verla online. Ya no me he fijado si está completa para descargar, pero me figuro que sí.
Javier, llevas razón, a pesar de ser una serie de televisión llena de "tontás", los personajes tenían cierta evolución. ¡Unos adelantados para su época!
Aaaw...
Horas de diversion intranscendental, hojala hagan mas como esta.
En fin, me acabas de recordar una serie que TENGO que bajarmela.
No te va a adefraudar en absoluto, hazme caso ;)
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