Las 20 series de televisión que deberías ver si eres lector de Cabronos Extraños [XVIII]: VR Troopers

Quizá haya sido esta elección la más complicada de todas las de la Gran Saga Extraña. Justo antes de empezar, decidí cuáles serían las dos últimas series de televisión que debían ocupar los puestos 19 y 20, así que llegar a este 18º quiere decir que ya no tengo que seleccionar entre la gran lista de series que hicimos Sánchez y yo en su día para estos posts domingueros.



VR Troopers era una pedazo de serie buenísima. Recuerdo que en la época en la que la emitían todos los niños veíamos Power Rangers fielmente todas las tardes, pero estos nuevos héroes los fueron apartando de nuestras preferencias poco a poco. Sin tanto rollo de que si había una nueva generación de Rangers que tenían poderes nuevos, y tonterías de ese estilo, los VR Troopers tuvieron casi 90 capítulos, ya que costaba poco dinero el irlos sacando, porque el truco estaba en que casi todas las imágenes en las que salían los bichos malosos eran ripios de unas cuantas series japonesas. ¡Pero qué listos que eran estos tipos! Ya me imagino al productor de la serie, con sus ayudantes becarios haciéndoles que hiciesen corta y pega con el Windows 3.11 y sacar una serie mucho mejor. Claro, a ver para qué tanto presupuesto para hacer Power Rangers cuando VR Troopers molaba mucho más.

La serie era de lo más simple en su desarrollo, pero al excusa que se buscaron para que los VR Troopers se convirtieran en héroes y les diera por polearse contra los malos del mundo de la Realidad Virtual estaba bien pensada. Resulta que Ryan Steele, que es el jefecillo del trío (o terna) de héroes, pierde a su padre y, buscándolo por ahí, llegan a una especie de base secreta donde él y sus dos amigos, Kaitlin y JB (al que llamaremos a partir de ahora Jotabé), obtienen los poderes y las armaduras de los VR Troopers. Una serie en la que el perro de Ryan acaba hablando, y en la que el Zordon de turno es un científico sin cuerpo que conoció al padre de Ryan y quien les ayudará a enfrentarse a los bichos de Grimlord, que es el malo maloso.

Grimlord es una especie de Florentino Pérez, pero en malo, y sin dirigir un equipo de fútbol. Vaya, que es un empresario con muchos cuartos cuyo secreto oculto es que es un supervillano de otra realidad donde tiene un pedazo de ejército de monstruos divididos en secciones, cada una liderada por un capitán. En cada episodio, cuando los VR Troopers ponían en peligro los malvados planes de conquista de Grimlord, éste bajaba (o volaba, según si era la primera o la seguna mitad de la serie) a su base ultrasecreta y veía cómo los capitanes debatían sobre quién debía mandar a su secuaz para acabar con ellos. Una cosa sencilla, al final acababan ganando siempre los buenos, se pusieran como se pusieran.

Ryan era el jefe, el protagonista rubio y guapote que le gusta a las chavalillas, y su armadura era la más fea. La mitad era azul y la otra mitad era roja, que parecía un robot a medio acabar, necesitado de que lo llevasen al mecánico a que le pusieran las últimas chapas de por encima. Por su parte, Jotabé y Kaitlin tienen una estética más parecida entre ellos. Él va, más o menos, de negro, mientras que ella tiene una armadura roja. Entre Kaitlin y Jotabé había cierta tensión sexual sin solucionar, de la cual parece que era conocedor Tao (el maestro del dojo donde entrenaban estos tres intrépidos chavales), con lo que siempre los ponía juntos en los planos, o los separaba por Ryan según el estado de la chica.

Los VR Troopers molaban más que los Power Rangers porque se complicaban menos la vida. En vez de un robot medio tontaco como Alfa 5, ellos tenían a un perro muy astuto que hablaba. En vez de teletransportarse (lo cual les hacía la vida muy sencilla a los Power Rangers, que eran los defensores de la Tierra de este tipo de series con más dinero y presupuesto), los VR Troopers tenían un medio de transporte que sí que era la repera, ¡un coche que volaba!, ¡un deportivo rojo que se convertía en una especie de avión y les permitía llegar a su base secreta en menos que cantaba un gallo! Y, sobre todo, en vez de confundir a los niños de medio mundo con las constantes sustituciones en sus filas, los VR Troopers siempre eran los mismos tres hasta el final de la serie.

Es una serie que, si no has visto ya, deberías probar a vértela en cuanto tengas oportunidad. Solamente así podrás considerarte alguien ducho en esto de las series de televisión.