6 de julio de 2010

Reseña: Capitán Britania y el MI-13 #3

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Título en España: Capitán Britania y el MI-13 #3
Título en EEUU: Captain Britania & MI-13 nº10 & Captain Britania & MI-13 nº11 & Captain Britania & MI-13 nº12 & Captain Britania & MI-13 nº13 & Captain Britania & MI-13 nº14 & Captain Britania & MI-13 nº15
Formato: Tomo, tapas rústicas, 120 páginas, color.
Precio: 11.25 €
Editorial: Panini Cómics

Reseña:

Tercer y último tomo de una serie que nació en Estados Unidos con la intención de quedarse como una serie regular abierta, pero que no logró las ventas esperadas y se quedó simplemente en una maxiserie de quince números USA.

En este tercer tomo se continúa con la misma tónica que ya pudimos comprobar en los dos tomos anteriores, es decir, que contiene un arco argumental completo, compuesto por los seis últimos números USA de la colección más el "Captain Britain and MI13 Annual", un número especial que vio la luz poco antes de que se cerrara definitivamente la serie y que también corre a cargo del guionista que ha estado al frente de la colección desde sus inicios hasta este final, Paul Cornell.

Así pues, "Estado Vampírico" es la última batalla que podremos leer, al menos hasta el momento, protagonizada por el Capitán Britania, Pete Wisdom y el resto de su equipo. La historia comienza a continuación de la última página del tomo anterior, donde se nos daba un avance de quién sería el nuevo enemigo del MI-13, que no sería otro que el mismísimo Vlad Tepes, más conocido como Drácula (el del Univero Marvel, evidentemente). Desde luego, estaba claro que, desde la incorporación de Blade al equipo y el gran numero de alusiones a la naturaleza de Spitfire, así como del paradero de su hijo, al final los vampiros acabarían suponiendo un dolor de muelas importante para los británicos. Eso sí, Cornell los pinta como una auténtica amenaza para las islas, capaces de organizarse de forma que planteen una lucha cara a cara únicamente contra los británicos, al margen del resto de países y superhéroes.

Por un lado, Drácula forma su propio ejército, incorporando a una Spitfire que se ve arrastrada al bando contrario junto al resto de los de sus especie, y apoyándose en algo que los vampiros habían mantenido siempre aparte, como es la magia. Ahora, Drácula no estará solo, pues además del ejército de vampiros con los que cuenta, y los nuevos que ha conseguido, el conde vampiro se ha aliado con Lillith y el Capitán Destino, los cuales le han proporcionado una ventaja estratégica gracias a la magia, que pone verdaderamente en aprietos a los encargados de defender el país.

Lo cierto es que Cornell, el guionista responsable de toda la serie, se ha limitado a seguir la misma línea en cada número e historia que nos ha ido ofreciendo, siempre explotando el hecho de que estemos ante un equipo de superhéroes británico cuya misión es defender el país de cualquier amenaza mística que se pueda presentar. Sin embargo, creo que ha dado en la tecla adecuada en cada momento, pues contando con un equipo de -como mucho- personajes secundarios, ha logrado que sea creíble para nosotros el verlos enfrentarse ante poderes que harían empequeñecer muchas de las aventuras que corren otros muchos equipos de superhéroes en el mismo universo superheroico. Eso sí, jugando siempre con los personajes de forma que no necesariamente los haya caracterizado en sobremanera, sino que ha dado varias pinceladas y ha dejado que estos evolucionen de la forma adecuada número a número. Tanto es así que, en este tercer número, en un momento dado, vemos cómo el equipo sufre bajas importantes y me he quedado un tanto frío. Quizá uno de los errores de Paul Cornell es no haber conseguido que los lectores nos identifiquemos con los personajes.

De forma particular, este cómic se presenta como una partida de ajedrez, una batalla estratégica entre los servicios secretos británicos y Drácula. Nada más empezar, el líder de los vampiros se asegura de que el Doctor Muerte y el Cónclave no tomen parte en la batalla, de forma que, realmente, sea un cara a cara, y capítulo tras capítulo lo que veremos serán los pasos que van tomando, unos por defender al Reino Unido, y otros por conquistarlo. Por supuesto, entre todo este "juego", también habrá momentos en los que la acción toma el primer plano de atención, no obstante, esta colección siempre nos ha ofrecido escenas en las que los superhéroes y la magia se unen en una misma página.

El Annual no sigue la misma historia, pues la conclusión de "Estado Vampírico" se puede leer en el último número de la serie regular USA, quedando este especial para mostrarnos un par de historias más acerca del grupo. La primera representa las andanzas de Meggan en el Infierno. Paul Cornell siempre ha buscado por todos los medios el mantener presente a la mujer del Capitán Britania en sus historias y aquí tiene tiempo para dedicarle a la chica mutante, dejando bien claro que es una mujer de armas tomar capaz, ella sola, de valerse por sí misma en el Infierno. Mientras que la otra, me recuerda a las típicas escenas de relleno en series como "Patrulla-X", pues nos muestra a los protagonistas jugando al cricket con la típica regla marvelita de "sin poderes". Unas pocas páginas desenfadadas para acabar el tomo. Eso sí, el Annual baja, y mucho, el nivel del resto del tomo.

A los dibujos, Leonard Kirk sigue siendo el máximo responsable de las páginas interiores de la serie regular, aunque alguans de las páginas corran a cargo de Mike Collins, dibujante designado para ayudar a Kirk a que la colección salga en los plazos establecidos. Tengo poco que añadir sobre el arte de Kirk, más allá de que es un dibujante que ya me gustaba mucho antes y más lo hace ahora pues se ve que va a más y que puede llegar a convertirse en un artista importante si continúa con esta progresión. Si se me permite la expresión, Leonard Kirk es un autor "muy comiquero", que no ve necesario el hecho de abusar de la espectacularidad de los personajes para mostrar escenas de ciencia ficción y alarde de superpoderes. Pero no penséis que la presencia de Mike Collins es meramente testimonial, pues el dibujante es el encargado de dibujar la historia de Meggan en el Annual, alternando luces y sombras demostrando que es un artista bastante irregular. Mientras que el partido de cricket es dibujado por Adrian Alphona, el primer dibujante de "Runaways" y que no está precisamente acertado en estas pocas páginas que le ofrece Marvel de nuevo.

En definitiva, un muy buen cómic que se sitúa en la segunda o tercera línea de la atención en el Universo Marvel pero que, junto con los dos tomos anteriores, me ha hecho pasar muy buenos ratos. Es una lástima que la colección viera su fin tan pronto, pero quizá eso nos libre de ver la caída libre en la que puede entrar una serie cuando ésta pierde su frescura. Sin embargo, estos tres tomos, recomendables.

8/10
(Espectacular)
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