Cuarto capítulo en el que toca hablar de dos números que han tenido una importancia muy distinta en el Real Madrid. Por un lado, el 7 es un dorsal histórico que han llevado los mejores jugadores del club, mientras que por el otro, el 8 es un número que en los últimos años han portado demasiados jugadores como para asociarse a un futbolista realmente grande.
Comencemos por el 7, número que solamente han lucido 3 jugadores a lo largo de estos 16 años.
Juan Eduardo Esnáider (1995-1996)
El delantero argentino que volvió a la disciplina del Real Madrid a comienzos de la temporada 1995/96 tomó el número 7 que hasta el año anterior había estado luciendo Emilio Butragueño en los partidos que el histórico futbolista jugaba de titular. Esnáider tuvo un segundo paso por el Madrid con más pena que gloria, llegando a anotar un único gol en Liga con la camiseta blanca en toda la temporada.
Tras la decepcionante campaña del equipo, Esnáider fue una de las muchas bajas del equipo, que no hizo más que cruzarse de acera para acabar recalando en el Atlético de Madrid. Hasta el pasado mes de diciembre fue segundo entrenador del Getafe junto a Míchel, su excompañero en la plantilla blanca. Ahora, quiere encaminar su carrera como primer entrenador.
Raúl González Blanco (1996-2010)
El último portador histórico del emblemático dorsal número 7 es Raúl González Blanco, el digno sucesor de Emilio Butragueño (a quien ha acabado superando con creces) y tantos otros que han vestido la zamarra blanca. Raúl ha batido todos los récords habidos y por haber, tanto con el Madrid como en cifras generales en la Liga, acumulando pichichis, levantando trofeos tan importantes como la Copa de Europa (en 3 ocasiones) o ganando 6 títulos de Liga. Es el máximo goleador de la historia de la Champions League y uno de los mejores deportistas que ha conocido jamás este país.
En el verano de 2010, el Madrid de Florentino le abrió la puerta al veterano capitán pensando, erróneamente, que este había tocado fondo, después de una larga lesión que se produjo precisamente el mismo día que jugó su último partido oficial con el Real Madrid ante el mismo equipo contra el que debutó, el Real Zaragoza en La Romareda. El último balón que tocó Raúl como jugador merengue fue al fondo de la red después de correr desde el centro del campo lesionado. Todo un ejemplo que lo que ha sido su carrera: lucha, entrega y gol. Actualmente, es el delantero centro titular del Schalke 04 alemán.
Cristiano Ronaldo (2010-?)
Ante la marcha de Raúl, Cristiano Ronaldo reivindicó como suyo el dorsal número 7 que también lucía con la Selección Portuguesa y llevó en su anterior equipo, el Manchester United. Así, CR9 pasó a volver a ser CR7.
El luso es la estrella del actal proyecto del Real Madrid, apoyado de pleno por su entrenador, José Mourinho, y con una cifra de goles marcados a lo largo de la temporada más que asombrosa. Su asignatura pendiente es la de acabar siendo el jugador importante en el que se debe asentar el Madrid también en los partidos gordos. Es un súper clase, no obstante y puede marcar una era.
Ahora vayamos con el dorsal número 8, mucho más complicado de repasar que el 7, ya que no ha tenido dueño claro, al no haber sido llevado por el mismo futbolista más de 4 temporadas seguidas.
Míchel (1995-1996)
En su última temporada con el Madrid, el actual entrenador del Getafe, José Miguel González Martín del Campo, alias Míchel, hizo suyo el número con el que se hizo grande en la Quinta del Buitre, el 8. Sin embargo, uno de los mejores centradores de la historia del Madrid estaba ya en la recta final de su carrera, y tuvo el dudoso honor de ser una de las estrellas que vivieron esa aciaga temporada.
En el verano de 1996, Míchel se marchó a México para jugar un último año al fútbol profesional en el Atlético Celaya, donde coincidió con su antiguo compañero, Emilio Butragueño. El hueco que dejó en la banda derecha tardó muchos años en volver a ser cubierto por un jugador de talla similar a la del madrileño, precisamente hasta la llegada de un Balón de Oro, Luis Figo.
Pedja Mijatovic (1996-1999)
El montenegrino Pedja Mijatovic será siempre recordado por el madridismo como el jugador que marcó el histórico gol de la Séptima que devolvía al Madrid 32 años después el título de clubes más importante del mundo del fútbol. Además, su costoso fichaje fue el origen de la rivalidad existente entre las aficiones del Valencia y el Madrid, ya que Lorenzo Sanz se atrevió a pagar una cláusula de rescisión que en esa época se antojaba imposible de afrontar: más de 1200 millones de pesetas en aquella época.
Mijatovic formó parte de la larga lista de peticiones de Fabio Capello a su llegada al Madrid, y aunque fue un jugador importantísimo en la plantilla blanca a los dos años siguientes de su llegada, la crisis económica del club, así como un vestuario enrarecido, acabaron por provocar su marcha a la Fiorentina en el mercado de invierno de la temporada 1999/00.
Steve McManaman (1999-2003)
Antes de que acabase la temproada 99/00, el Real Madrid hacía oficial el fichaje del británico Steve McManaman, uno de los símbolos del Liverpool. El inglés recogió el dorsal número 8 que estaba libre después de la baja de Mijatovic, aunque no llegó a ser un fijo en las alineaciones de Del Bosque. Eso sí, tuvo una notoria actuación en la consecución de la Octava, marcando un golazo de tijereta al Barcelona en la semifinal y siendo titular contra el Valencia en la final.
McManaman era un jugador querido por la afición aunque nunca demostró ser un dejado de técnica. Inglés hasta la médula su comportamiento en el campo y en el vestuario fueron siempre los típicos de un amante del fútbol. Se marchó del Madrid en el verano de 2003 para jugar dos años más en el Manchester City.
Borja Fernández (2003-2004)
El 8 del Madrid lo cogió un canterano en la temporada 03/04, aquella en la que el proyecto "Zidanes y Pavones" de Florentino se rompió en pedazos con Carlos Queiroz sentado en el banquillo blanco. Borja era un medio centro defensivo que ya había debutado con Vicente Del Bosque en primera división, pero no tomó ficha del primer equipo hasta el año 2003.
Las actuaciones de Borja fueron poco menos que testimoniales, ya que en un equipo plagado de estrellas los canteranos (o "Pavones"), no estaban en condiciones de ocupar los puestos de campeones de Europa. Al final de la temporada, Borja decidió cambiar el 8 por el 4.
Fernando Morientes (2004-2005)
Después de su periplo en la liga francesa donde jutó en las filas del Mónaco, Fernando Morientes regresó al Real Madrid. El Moro se reivindicó en la eliminatoria de Champions League en la que el Mónaco derrotó al Madrid gracias a sus goles, con lo que, más como una medida de cara al público, el club decidió mantenerlo en plantilla a la siguiente temporada de su regreso. Ronaldo tenía el 9 en posesión, con lo que Morientes tuvo que buscarse otro número para lucir en su espalda.
Sin embargo, Morientes no contó en absoluto para Mariano García Remón, técnico interino del Madrid en esa temporada, con lo que se vio liberado del banquillo en el mercado de invierno gracias a su traspaso al Liverpool.
Júlio Baptista (2005-2006)
Después de que Morientes se marchara en el invierno de 2006, el dorsal número 8 quedó libre y nadie se decidió a vestirlo en la plantilla del Madrid, con lo que pudo ser elegido con total libertad por el brasileño Júlio Baptista, una de las grandes novedades revelaciones en las dos últimas temporadas en las filas del Sevilla, marcando 50 goles entre los dos años.
Baptista llegó al Madrid con Luxemburgo como entrenador, y fue forzado a jugar en una posición en la que no había actuado jamás, la de interior izquierdo, y para la que, además, no estaba capacitado. El brasileño no completó un buen año, ya que apenas jugó un par de partidos por detrás del delantero centro, su posición natural. La Bestia, como así lo apodaban, se marchó cedido al Arsenal al verano siguiente sin rentabilizar ni un euro de los 20 millones que le costó al Madrid su fichaje del club hispalense.
Emerson Ferreira (2006-2007)
El brasileño Emerson fue otra de las peticiones de Fabio Capello en su segunda etapa al frente del banquillo del Real Madrid. El entrenador ya lo tuvo a sus órdenes en la Juventus de Turín, y formaba parte del grupo de futbolistas que gozaban de su máxima confianza.
Emerson es uno de los grandes errores en cuanto a política de fichajes del Madrid en los últimos años. Lento, bajo de forma, pesado y desmotivado, Emerson parecía más un veterano rodeado de profesionales que otra cosa. Jugó junto a Mahamadou Diarra en el doble pivote, haciendo que el de Mali pareciera un crack de primera categoría. Duró un año en el Madrid y se marchó al Milán.
Fernando Gago (2007-2009)
En su segundo año en el Madrid, el Pintita Fernando Gago cambió el 16 que había llevado meses antes por el 8 que dejó libre Emerson tras su marcha del conjunto blanco. El argentino mantuvo este dorsal durante las dos temporadas siguientes, coincidiendo, además, con la época en la que más minutos acumuló con la camiseta blanca.
Con Bernd Schuster, Gago fue titular casi indiscutible tanto al lado de Diarra como con Guti en un equipo que acabaría ganando la Liga 07/08 en un final recordado por el resto de los madridistas por las numerosas remontadas de marcador que protagonizaron. Al año siguiente, Gago perdió protagonismo con el cambio de entrenador de Schuster por Juande Ramos, ya que con la llegada de Lass, se vio desplazado del once, aunque no se puede negar que fuera un jugador con presencia en el Madrid.
Kaka' (2009-?)
Al finalizar la temporada 08/09, Gago decidió volver a cambiar su número eligiendo el 5, mucho más propio de su posición en el campo, con lo que el 8 quedaba libre para que fuera portado por uno de los fichajes más ilusionantes para el Madrid en los últimos años: Ricardo Izecson Dos Santos Leite, más conocido por todos como Kaka'.
El brasileño, Balón de Oro, llegó de la mano de Florentino Pérez después de ser una promesa incumplida del anterior presidente, Ramón Calderón, aunque también representa uno de los mayores fiascos de la historia del Madrid. En sus dos años en el conjunto blanco aún no se ha visto al futbolista que levantó la Copa de Europa con el Milán y por el que se pagó la friolera de 65 millones de euros al equipo italiano. Castigado por un rosario de lesiones, a Kaka' aún se le espera, pero hay poca confianza en que sea el que fue.
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