Las 20 series de televisión que deberías ver si eres lector de Cabronos Extraños [XIV]: Life on Mars

Le toca el turno a una serie británica. Pero, tranquilos, que no os vamos a dar la chapa con los Monty Python, recordad que no estamos en un blog gafapasta, y a nosotros sus gags nos hacen algo de gracia, pero yo, personalmente, siempre he sido más de Faemino y Cansado que de los ingleses. Es lo que tiene no ser parte de #LosGuays.



Bien, Life on Mars, una serie en la que un tipo es policía en Mánchester (ojo, que Mánchester lleva tilde en la 'a' cuando se escribe en castellano, y vaya gana que tenemos de poner el nombre de la ciudad en inglés cuando le queda tan chula esa tilde ahí nada más empezar, le da un toque distinguido que no tiene si lo pusiéramos y pusiésemos como todo el mundo), concretamente, es detective, porque si fuera un currito más, no tendría tanta gracia la serie, que vive en 2008, pero que le pegan un viaje con un coche y lo dejan en coma del golpazo. A partir de ahí, empieza lo bueno.

Sam, que es como se llama el detective protagonista, se despierta en 1973 y todo el mundo insiste en que él ha vivido de verdad en esa época y hace las veces de policía en una comisaría que da gusto verla. Si en la actualidad se trata a los detenidos con ciertos modales, no se puede fumar en los lugares públicos, los policías tienen cierta forma física que les permite correr detrás de los cacos... en los años setenta era todo lo contrario, o así nos lo pintan en la serie. El jefazo, que viene a ser cómo el Súper de Mortadelo y Filemón, es un tal Gene Hunt, que no es más que un señor mayor y regordete que fuma como un carretero y que se gasta un genio que ríete tú de los cabreos de Alfredo λ, el de Lleno, por favor. ¿Que hay que darle un par de tortazos al sospechoso para que cante?, pues a tortazo limpio con él. ¿Que tenemos a una chica en la comisaría y el resto somos tíos?, pues a hacer bromas machistas. Sólo con ver cómo eran los ingleses en los setenta, ya merece la pena ver esta pedazo de serie.

Además, Life on Mars es una serie cortica, sólo tiene dos temporadas. En cada capítulo tenemos la duda sobre si Sam está realmente en coma, muerto, o realmente sufre amnesia y sí que es alguien de 1973, pero él se cree que viene del futuro. Dad gracias a Lemmy a que en la serie no se les ocurrió meter viajes temporales y paradojas para comprenderla, porque dentro de la simplicidad de los capítulos: casos cotidianos, algunas veces comprometidos para el propio Sam, y pequeños sucesos extraños para que tanto el protagonista como nosotros dudemos sobre cuál es la verdad, y estemos en vilo hasta el último capítuo de la serie. ¡Porque tiene final! Y no un final como el de Perdidos, que es una mierda como un piano de grande, no, no, un final de verdad. Interpretable, claro, pero conclusión.

Cuando una serie de este estilo resulta un melocotonazo en algún país de Europa, ya llegan el resto para intentar comprarles la idea. Eso mismo pasó con Life on Mars, que los estadounidenses han hecho su versión, y los españolitos de a pie, la suya. Emitida por Antena 3, es una de esas bacalás infames, y en este blog no os convalidamos los capítulos vistos por la versión española por los originales. Aquí, o se ve la serie de verdad, o no se ve ninguna. Excepto en el caso de The Office, que ahí sí que os insto a que os veáis la versión americana, porque lejos de lo que os digan los gafapastas de turno, el humor británico, salvo muy contadas excepciones, es una tontería sin gracia. No hace falta nada más que ver The I.T. Crowd (Los Informáticos, aquí en España, para que os deis cuenta de que manejo ambas acepciones con soltura), menuda serie sobrevalorada.

Es una pedazo de serie, y deberías verla ya mismo. No hace falta que vuelvas a este blog hasta que no lo actualice mañana. ¡Vete a ver Life on Mars, jodío!