Equipo de Ensueño. Central izquierdo: Luigi

El dorsal número 5 se lo vamos a dar al central izquierdo. Aquí vamos a romper la tónica habitual, en vez de ponérselo al medio centro que juegue por delante de la defensa (lo típico, por ejemplo, en Argentina), se lo damos a un defensa. Acordaos del mítico Manolo Sanchís, el único miembro de la Quinta del Buitre que ganó una Copa de Europa. Él era defensa central y lucía el número 5. Que, por cierto, dos veces lo he dicho ya y aún no os he deleitado con el consabido ingenio de Cabronos Extraños... ¡Por el culo te la hinco!

Como defensa central hemos escogido al fontanero bigotudo Luigi.

La elección ha sido muy fácil hacerla en este caso. A ver, para ser central hay que tener dos condiciones importantes, intimidar a los delanteros (que eso ya lo hace Blastoise), y ser contundente por alto para evitar el peligro que pueden causar las jugadas a balón parado. Claro, aquí en la Redacción Extraña somos gente documentada, y sabemos de sobra que Luigi es, de todos los personajes de la familia de la saga de los Mario Bros., el que más salta de todos. ¿Os acordáis de aquel Super Mario Advance para Game Boy Advance? Fue el videojuego que reenganchó a muchos aficionados a los plataformas a reencontrarse con el género y los Super Mario clásicos, los de toda la vida. Pues ahí Luigi destacaba porque pegaba un salto más alto que el resto de los personajes. Un valor seguro.

Además, otro detalle importantísimo es que Luigi luce bigote, algo que no hay que despreciar nunca en el mundo del fútbol. En Cabronos Extraños hemos sido siempre muy de Martín Vázquez y de cualquier jugador que ha saltado al campo con bigote. Sánchez, Escofil y yo siempre hemos pegado el cromo de Onopko en nuestros cuadernos, pues era un referente en la defensa de la Selección Rusa y en el Real Oviedo, y en un altísimo porcentaje era gracias a su bigote. El bigote es lo que hizo de Cléber Santana un referente en el Mallorca la temporada que lo tuvo allí cedido el Atlético de Madrid, el bigote es lo que hace que Luigi se las pueda dar de interesante cuando se lo empieza a retorcer y a toquetear mientras te mira con el ceño fruncido. Un central de categoría, sí señor.Imaginaos cómo sería un partido en el que cualquier equipo jugase contra este combinado que os estamos exponiendo en Cabronos Extraños semana a semana, cuando hubiera y hubiese una internada por la banda, centro al área y... ¡Luigi pega un salto y despeja de cabeza! Claro, un tío que está acostumbrado a pegar un salto y romper con la cabeza unos cuantos ladrillos, el balón, que no pesa nada más que unos 450 g, lo puede mandar de área a área sin ningún problema. ¡Un central que, de un cabezazo, te monta un contraataque! Es casi perfecto.

Ahora bien, el problema vendría cuando tocase el control de antidoping al final del partido. Y no es que nos dé miedo de que a Luigi le dé vergüenza sacarse la chorra para mear delante del médico, pues mientras estuviera o estuviese en este equipo no tendría que atender a las tontás de Nintendo de la censura y demás bacalás. Lo que nos da miedo es que de positivo, porque Luigi saldría hasta las trancas de las setas esas que se comen en los videojuegos... que seguro que tienen hormona de crecimiento a cascoporro. Vosotros decidme a mí qué explicación hay para que Luigi y Mario se trinquen un hongo mágico de esos y crezcan tanto y se hagan tan fuertes que se tuvieran que diseñar nuevos sprites en la época para reflejar ese cambio tan drástico. Aquí tendremos que hablar con algún experto que nos diga qué poder hacer, porque con los saltos que pega Luigi, destacar, va a destacar en los partidos.