Título en EEUU: Detective Comics nº777 a 782
Formato: Tomo, tapas cartoné, 216 páginas, color.
Precio: 20'00 €
Editorial: Planeta DeAgostini
Reseña:
Trasladémonos a 2003, aún falta un año y medio para que Dan Didio diera el pistoletazo de salida a una DC sumida en el caos a raíz de una historia que, en mi opinión, siempre fue muy buena, como Crisis de Identidad. En esa época, Ed Brubaker todavía no había llegado a lograr el caché que tiene actualmente, cuyo nombre en la portada ya es reclamo suficiente para comprar un cómic, aunque sí que era bastante conocido dentro del mundillo, y ya se tenía su firma como sinónimo de calidad.
Entre febrero y noviembre de 2003, Ed Brubaker se encargó de nueve números de la serie regular Detective Comics, la principal del Caballero Oscuro, y nos dejó dos arcos argumentales que reeditó Planeta DeAgostini en un tomo de auténtico lujo el año pasado. Cómics en los que Batman se dedica a ejercer la función de defensor de Gotham City, demostrar que es el mejor detective del mundo, y luchar contra su extensísima galería de villanos. Recordemos que aún estamos en la época en la que James Gordon es profesor en la universidad, y Batman es ayudado en su labor, principalmente, por Oráculo. Vamos, una de las etapas más emblemáticas del Señor de la Noche.
Como he dicho anteriormente, este tomo tiene dos historias diferentes. La primera es Cálculos aproximados, en la que un delincuente que se acaba de hacer con la armadura de Polilla Asesina y es asesinado en la azotea de un edificio de Gotham. Por supuesto, detrás de todo esto no hay solo un ajuste de cuentas, sino una trama mucho más elaborada en la que están metidos Acertijo, Espantapájaros, Dos Caras, Pingüino y el mismísimo Joker. Un antiguo colaborador de estos ha vuelto de la tumba y parece dispuesto a acabar con cada uno de sus antiguos aliados. En medio de todo, como suele ser habitual, se encuentra Batman, quien deberá poner fin a esta persecución de sus enemigos, para así lograr la paz en la ciudad, y averiguar la identidad de este nuevo chico malo en la ciudad. Una historia fantástica, muy al estilo de Brubaker, con mucha intriga, muchos toques de novela negra, y caracterización de personajes que denota un muy buen conocimiento acerca de estos.
La segunda historia, aunque parecida en el fondo, cambia radicalmente en todos los aspectos. En realidad, Brubaker hace un homenaje a uno de los personajes clásicos del Univeso DC como es Alan Scott, el primer Green Lantern, que también fue el primer defensor de Gotham City en la Edad de Plata, allá por los años cincuenta y sesenta. Brubaker contrapone la personalidad y las tácticas que utilizan los dos héroes para lograr mantener el orden. La justificación de la visita de Alan Scott al Caballero Oscuro es que, casi cuatro décadas después, vuelve a actuar un asesino en serie que no fue capaz de apresar en su época, y los dos superhéroes unirán fuerzas trabajando en equipo para descubrir quién se encuentra detrás de dichos asesinatos.
Como apunte personal, he de reconocer que me ha resultado muy extraño el ver a un personaje con unos poderes tan espectaculares y llamativos como Green Lantern actuando en la noche de Gotham City, un verdadero reto para el dibujante de esta parte del cómic, Patrick Zircher, el cual no llega a superar realmente el obstáculo.
Aun así, y ya centrándome en el apartado gráfico, hay que señalar la labor de Tommy Castillo a los lápices, quien firma un trabajo superior al que podemos ver de Zircher, ya que despliega una gran variedad de técnicas narrativas, sobre todo en cuanto a la composición de página, que Zircher no puede más que imitar. En cierto modo, parece que uno intenta adaptarse a la línea marcada por el otro, casi como un designio editorial para que los números guionizados por Ed Brubaker tengan una apariencia más o menos unitaria, pero se queda a medias, y el resultado es un tanto pobre. Máxime, si comparamos la edición que eligió Planeta para este tomo, muy cara y lujosa, y yo añadiría además, excesiva.
En líneas generales es una historia muy buena, que merece la pena leer. He empezado diciendo que Ed Brubaker en el guion suele ser garantía de calidad, y me reafirmo en esta idea, y en que siempre que el autor se encarga de algo relacionado con el Señor de la Noche o la ciudad que protege, ofrece un magnífico resultado. Ahora bien, no me parece que dos arcos argumentales de una serie regular, que no cambian en nada el devenir del personaje, deban gozar de esta edición que es un auténtico palo para el bolsillo del lector.
8/10
(Espectacular)
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