Abolición de las corridas de toros en Cataluña

Ayer, el Parlamento de Cataluña aprobó la abolición de las corridas de toros en la comunidad autónoma. Para mí, una noticia que, lejos de ser criticada, debería ser celebrada y tomada como un referente para que, en el resto del país, se movilice la gente y reúna firmas para llevar esta propuesta a los gobiernos de nuestras respectivas comunidades.

Los políticos (y muchísimos ciegos de derechas), han sacado el tema de quicio acusando a los catalanes de separatistas y anti-españoles. No, señores, los catalanes por fin han acabadocon una tradición del siglo pasado que es sádica, que atenta contra los derechos y contra la dignidad de los animales. Estamos hablando de una tortura a un animal sangrienta y televisada, de la cual se obtienen muchísimos beneficios y en la que se castiga a un toro desangrándolo hasta que le dan el golpe de gracia. ¿Por qué seguimos dispuestos a considerar "cultura" una barbarie así?

Tengo que confesarlo, me han dado mucha envidia los catalanes. Han conseguido algo que dudo que veamos los catellano-manchegos en mucho tiempo. Han logrado que se debata en su parlamento si debe abolirse la tortura nacional, y han logrado que se prohiba esta tradición salvaje. Lo mejor de todo es que ha sido una movilización del pueblo, no algo que haya nacido de los políticos. Se han reunido firmas y, cuando se han conseguido suficientes, eso ha pasado a votarse. Os puedo asegurar que yo firmaría, con mi DNI, para que pasase lo mismo en mi comunidad, porque hay que acabar con esto, no podemos seguir teniendo estas tradiciones que nos anclan a la Edad Media.

A mí las corridas de toros me avergüenzan y me abochornan. Son un símbolo que distingue a los españoles del resto del mundo, y somos conocidos gracia a ello. A mí me causa auténtica vergüenza pertenecer a un país que es reconocido por el resto por maltratar a toros bravos por el placer de ver cómo sufren en un ridículo espectáculo. Detesto que me vean así, nosotros mismos nos publicitamos como el "país de pandereta" que tanto criticamos, pero iniciativas como la de los catalanes deben hacer un cambio en la filosofía de los ciudadanos. Hay que aprender a evolucionar, porque yo comprendo que a alguien no le molesten los toros, pero mirar hacia otro lado no es la forma adecuada de comportarse ante esto. Hay que aprender que es una bestialidad y que la tortura por divertimento nunca va a ser un ejemplo de cultura.

Personalmente, he disfrutado viendo y leyendo cómo los protaurinos le echaban la culpa a los catalanes, a Zapatero, a los rojos y a todo bicho viviente, pero poco a poco se acerca el fin de vuestra sádica tradición. Y la culpa no la tienen las ideas políticas de cada uno, sino el sentido común contra el que atentáis por apoyar esa canallada.